JESÚS/ GENTE MOLESTA/ MATEO 15:21-28
Como Jesús no le contestaba ni una palabra, los discípulos se acercaron a Él y le rogaron: Atiéndela, porque no hace más que gritar detrás de nosotros. (Mateo 15:23)
Se trata del pasaje de la mujer cananea que lanzando gritos iba detrás de un Jesús que la ignoraba rogando que el Maestro sanara a su hija poseída por un demonio.
Me ha sorprendido la reacción de los discípulos ante los gritos, la insistencia y la persecución de aquella mujer. Puedo imaginar la escena, todo el grupo caminando por la comarca, la mujer gritando y gritando sin parar, los lugareños mirando la extraña escena y un creciente bochorno y molestia creciendo entre los discípulos por el espectáculo que se estaba dando. Si lo que deseaban era anonimato e intimidad, no lo habían conseguido. Los discípulos estaban cansados y disgustados con el proceder de aquella mujer.
Por eso se dirigen a Jesús, no porque sintieran compasión y carga por la situación de aquella mujer y su hija, antes al contrario, por la molestia que les representaba, ¡Venga Maestro, un milagro y nos quitamos el problema de encima y podemos seguir con nuestra rutina!
Esto me hace pensar en el peligro que las personas y sus necesidades se conviertan en una carga para nosotros, una molestia, una pesadez y, consecuentemente, tratemos de quitárnoslas de encima, no motivados por el amor y la compasión, antes al contrario, por el deseo, tal vez la necesidad de recuperar la tranquilidad y el equilibrio en nuestras vidas.
Pienso, no obstante, que un auténtico seguidor de Jesús se verá de forma muy frecuente asaltado por cananeas que saldrán al paso con su dolor, su sufrimiento, su miseria y sus cargas y nos desafiarán con aquellas mismas palabras: "ten compasión de mí"
¿Cuál es tu reacción ante las "cananeas" de la vida?
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