JESÚS, EL ESPÍRITU DE LA LEY



Y os digo esto: Si vosotros no cumplís la voluntad de Dios mejor que los maestros de la ley y que los fariseos, no entraréis en el reino de los cielos. (Mateo 5:20)

Las palabras de Jesús no dejan de ser sorprendentes pues, si hemos de ser sinceros y desapasionados en nuestro acercamiento, nadie mejor que los maestros de la ley y los fariseos eran obedientes a la ley y cumplidores de la misma ¿Qué es pues lo que falla? ¿Qué espera pues Jesús de nosotros sus seguidores?

Imagino que conociendo el resto de la Escritura nos encontramos ante un problema de fondo y no de forma, de actitud y no de acción, de motivación y no de conducta. La Biblia nos enseña una y otra vez que buenas acciones y conductas pueden quedar invalidadas totalmente porque detrás de las mismas no hay la actitud correcta que las genere. Los seres humanos somos tan retorcidos que podemos hacer el bien con malas motivaciones en mente ¡Así somos!

Los seguidores de Jesús hemos de ir siempre un paso más allá y preguntarnos cuál es la verdadera motivación de lo que hacemos y qué es lo que realmente el Señor espera de nosotros. Los dos grupos mencionados, fariseos y maestros de la ley eran cumplidores estrictos pero, al menos muchos de ellos, habían perdido de vista que el auténtico sentido de la misma era la misericordia, el amor y la preocupación por el prójimo.

Al pensar en el día de hoy y en la forma en que nos toca vivir yo haría una paráfrasis de esa afirmación (Mateo 12:7) de la siguiente manera que seáis agentes de restauración en vuestra vida cotidiana quiero y no tantos cultos.

Comentarios

Entradas populares de este blog

SE PROPICIO A MÍ PECADOR

ESCLEROSIS

CORAZÓN INCRÉDULO