PRIMERA CARTA DE PABLO A LOS CRISTIANOS DE CORINTO/ TENTACIÓN Y SALIDA/ 10:11-13
Todo esto les sucedió a nuestros antepasados como un ejemplo para nosotros, y fue puesto en las Escrituras como una advertencia para los que vivimos en estos tiempos últimos. 12 Así pues, el que cree estar firme, tenga cuidado de no caer. 13 Ustedes no han pasado por ninguna prueba que no sea humanamente soportable. Y pueden ustedes confiar en Dios, que no los dejará sufrir pruebas más duras de lo que pueden soportar. Por el contrario, cuando llegue la prueba, Dios les dará también la manera de salir de ella, para que puedan soportarla. (1 Corintios 10:11-13)
Una de las cosas que más me ha ayudado en mi seguimiento de Jesús es tener una clara conciencia de mi vulnerabilidad con respecto al pecado. La palabra vulnerable, según la Real Academia de la Lengua, significa que puede ser herido o recibir lesión. Esto refleja con total y absoluta fidelidad mi realidad con respecto al pecado.
Cuando veo a mi alrededor otros seguidores del Maestro que caen o abandonan la fe para nada me siento superior o mejor que ellos. Me siento consciente de mi propia debilidad y doy gracias porque si todavía continuo no es debido a mi mayor madurez espiritual, más bien a la gracia y la misericordia del Señor y a mi propia sensación de vulnerabilidad que me hace ser, tal vez, más cauteloso a la hora de coquetear con el pecado.
Estaba leyendo el comentario que W. Barclay hace respecto a este pasaje y me parece que los tres puntos que menciona son dignos de ser compartidos y de darle a él el crédito que merece. Barclay afirma:
Primero, debemos de estar seguros que la tentación llegará, más tarde o más temprano.
Segundo, que las tentaciones que soportamos no son únicas, otros la han sufrido y salido victoriosos de las mismas.
Tercero, siempre hay una salida en la tentación.
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