DEUTERONOMIO PARTE III/ EL CÓDIGO DEUTERONOMICO/ CAPÍTULO 26

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Por eso ofrezco ahora los primeros frutos que produce esta tierra que tú Señor, me has dado”.
Acto seguido, pondrás la cesta delante del Señor tu Dios y te postrarás ante él. Después festejarás con alegría los bienes que el Señor tu Dios te haya dado a ti y a tu familia. Se unirán a tu celebración los levitas e inmigrantes que viven en medio de ti. (Deuteronomio 26:10-11)


La gratitud es una actitud del corazón que no tiene nada que ver con tener mucho o poco. Es muy probable que todos conozcamos personas de una increíble generosidad y muy pocos recursos. Lo contrario también es cierto, personas con una gran cantidad de recursos y un corazón ruin y miserable.

La generosidad es un seguidor de Jesús se cultivo como consecuencia del reconocimiento que todo aquello que tenemos, sea mucho o poco, nos viene concedido por el Señor. Incluso aquellos dones, talentos y habilidades que nos hayan dado acceso a nuestro bienestar nos han sido concedidos por Él.

Como resultado este pasaje nos invita a ofrendar y celebrar. La celebración es la capacidad de gozar y disfrutar de lo recibido de Dios y hacer partícipes a otros de ello. La celebración nos protege de dos actitudes igualmente negativas, por un lado, el dar por sentado que lo que tengo lo merezco. Por el otro, centrarnos en todo aquello que no tenemos y desearíamos tener. 


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