HEBREOS ESTUDIO 25. EL LUGAR CENTRAL DE LA FE 2
LA FE LOS ANTIGUOS
HEBREOS 11:4-7
4 Fue por la fe que Abel presentó a Dios una ofrenda más aceptable que la que presentó Caín. La ofrenda de Abel demostró que era un hombre justo, y Dios aprobó sus ofrendas. Aunque Abel murió hace mucho tiempo, todavía nos habla por su ejemplo de fe.
5 Fue por la fe que Enoc ascendió al cielo sin morir, «desapareció porque Dios se lo llevó»[a]; porque antes de ser llevado, lo conocían como una persona que agradaba a Dios. 6 De hecho, sin fe es imposible agradar a Dios. Todo el que desee acercarse a Dios debe creer que él existe y que él recompensa a los que lo buscan con sinceridad.
7 Fue por la fe que Noé construyó un barco grande para salvar a su familia del diluvio en obediencia a Dios, quien le advirtió de cosas que nunca antes habían sucedido. Por su fe, Noé condenó al resto del mundo y recibió la justicia que viene por la fe.
Lo que me ha gustado de este pasaje es la reinterpretación que hace el escritor de la motivación de la conducta de los héroes de la fe más antiguo. En sus perspectiva fue la fe la que movió a Abel, Enoc y Noé a actuar del modo que lo hicieron. Fue su confianza en Dios la que estaba detrás de sus acciones.
Esta simplicidad me lleva a mí mismo a preguntarme qué hay detrás de mis acciones, qué es realmente lo que me motiva, por qué hago o dejo de hacer las cosas que hago dejo de hacer. Siempre hay una razón para todo lo que hacemos, seamos conscientes de ella o no. Nos movemos o nos quedamos quieto porque lo que vamos a obtener entendemos que es valioso para nosotros, lo tengamos definido y claro o confuso e inconsciente.
Al escribir estas palabras me doy cuenta, una vez más, de cuán importante es el pararse, pensar, reflexionar, tomar perspectiva de las cosas y añadir sabiduría al corazón al hacerlo.
UN PRINCIPIO
LA FE MOTIVÓ A LOS ANTIGUOS
UNA PREGUNTA
¿QUÉ ES LO QUE ME MOTIVA A MÍ?
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