SALMO 70. OH DIOS, APRESÚRATE


¡Oh Dios, apresúrate a librarme,
Señor, date prisa en socorrerme!

El salmo 70 es un muy corto y, de hecho, es una repetición de los versículos 14 al 18 del salmo 40. Es un poema pidiendo la liberación e intervención del Señor, expresado de forma urgente y apremiante. La petición se repite al final del breve salmo con palabras diferentes. Entre ambas peticiones podemos encontrar un deseo de maldición, para los enemigos, y un deseo de bendición, para los que buscan al Señor.

Leyendo el salmo desde nuestros días pareciera que el salmista se ha contagiado de la neurosis contemporánea por la inmediatez y la instantaneidad tan típicas de nuestro tiempo y nuestra sociedad. Queremos que las cosas sucedan y queremos que sucedan ¡Ya!.

Es normal, pues, que traslademos, o al menos lo pretendamos, nuestra necesidad de inmediatez a la relación con Dios y deseemos que actúe a nuestro ritmo, según nuestros deseos, impulsos o necesidades. El poema lo refleja muy bien al usar los términos apresurarse, darse prisa.

Esto me ha hecho pensar en mi acercamiento al Señor y como traslado a mi relación con Él esta misma tensión de rapidez y urgencia que vivo en tantas áreas de mi vida. Me impaciento si Dios no contesta (cuando yo quiero). Los días de silencio de Dios me parecen años. La falta de indicios la interpreto como desatención o desinterés por su parte. No puedo entender por qué no puede seguir mi ritmo y adaptarse a mis tiempos.

Al leer el salmo y pensar sobre esta tensión vino a mi mente el pasaje de Isaías 30:15:

El Señor, el Dios Santo de Israel, dice:
Volved, quedaos tranquilos y estaréis a salvo.
En la tranquilidad y la confianza
estará vuestra fuerza.

Dios nos ofrece un camino diferente, la tranquilidad y la confianza frente al apresuramiento y la prisa. ¿Por qué Dios se tarda? ¿Cómo interpreto su tardanza? ¿Qué quiere que aprenda en medio de esta situación? ¿Qué desea desarrollar en mi vida?

Un principio

Frente a la urgencia, la tranquilidad, frente a la prisa, la confianza.

Una oración

Paz para todos aquellos apremiados por la intervención de Dios.

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