SALMO 106. BONDAD


Dad gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterno su amor.


Este salmo expresa una oración colectiva de lamentación por el pecado. Al mismo tiempo constituye una especial de memorial histórico en el que se refleja la fidelidad y el amor constante de Dios frente a la infidelidad, incredulidad y lealtad dividida del pueblo.

A lo largo de tres estrofas se hace una recorrido por la historia de Israel desde la esclavitud en Egipto hasta la sumisión de Israel a los pueblos vecinos pasando por el éxodo, los años del desierto, la conquista de la tierra y la entrega de Israel a la idolatría de los pueblos a su alrededor.

Pero, sin embargo, a mí lo que realmente me ha llamado la atención ha sido la invitación a reconocer la bondad de Dios. Pero no de una manera teórica. No proclamar que Él es bueno como se puede proclamar que es justo, santo, omnisciente, omnipotente y un largo etcétera. La invitación del salmista me ha hecho pensar no en lo que creo acerca del carácter de Dios, sino más bien en lo que experimento del mismo en mi vida.

La llamada del poeta me ha forzado a la introspección para comprobar cuándo fue la última vez que experimenté en mi vida la bondad de Dios, no como concepto, sino como realidad. Cuándo fue la última ocasión en que pude reconocer plenamente y, por tanto, disfrutarla, la bondad del Señor para conmigo y los míos.

Un principio

¿Cuándo fue la última vez que la bondad de Dios fue real en mí?

Una oración

Por la evangelización de República Dominicana

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