SALMO 39. CADUCIDAD
Señor, indícame mi fin
y cuántos van a ser mis días
para que comprenda cuán caduco soy.
Me concediste, unos palmos de vida,
mis días son como nada ante ti;
El hombre no dura más que un soplo,
es como una sombra que pasa;
sólo un soplo son las riquezas que acumula,
sin saber quién será su heredero.
Entonces Señor, ¿Qué espero?
Mi esperanza está en ti.
y cuántos van a ser mis días
para que comprenda cuán caduco soy.
Me concediste, unos palmos de vida,
mis días son como nada ante ti;
El hombre no dura más que un soplo,
es como una sombra que pasa;
sólo un soplo son las riquezas que acumula,
sin saber quién será su heredero.
Entonces Señor, ¿Qué espero?
Mi esperanza está en ti.
Este salmo me ha parecido raro por la forma en que evolucionan los pensamientos del salmista. Estos oscilan entre la declaración de esperanza en el Señor y una actitud de rebeldía delante del dolor, la enfermedad y la finitud de la vida. Sorprendente aunque no nueva, esta actitud la encontramos también en Job y su deseo de que Dios lo deje en paz y en algunos de los profetas que no acaban de entender la forma en que el Señor actúa.
A mí me ha hecho pensar que la vida de acaba y eso provoca una reflexión acerca de qué hago, cómo vivo y hacia dónde me encamino. Creo que este salmo se lee de forma diferente en diferentes etapas de la vida. Para mí, cuando queda, al menos estadísticamente, mucho menos cuando miro hacia adelante en mi vida que cuando miro hacia atrás, la lectura me lleva a pensar en la realidad de que tengo fecha de caducidad, que la desconozco y que debo vivir con sabiduría los pocos o muchos años que el Señor me conceda. Debo vivirlos de tal manera que cuando vuelva la vista atrás tenga la satisfacción de que han sido bien vividos, han servido para bendecir a otros, extender el Reino y, en la medida en que sea posible, dejar un legado.
A mí me ha hecho pensar que la vida de acaba y eso provoca una reflexión acerca de qué hago, cómo vivo y hacia dónde me encamino. Creo que este salmo se lee de forma diferente en diferentes etapas de la vida. Para mí, cuando queda, al menos estadísticamente, mucho menos cuando miro hacia adelante en mi vida que cuando miro hacia atrás, la lectura me lleva a pensar en la realidad de que tengo fecha de caducidad, que la desconozco y que debo vivir con sabiduría los pocos o muchos años que el Señor me conceda. Debo vivirlos de tal manera que cuando vuelva la vista atrás tenga la satisfacción de que han sido bien vividos, han servido para bendecir a otros, extender el Reino y, en la medida en que sea posible, dejar un legado.
Un principio
La caducidad de la vida me ha de llevar a vivirla con sabiduría.
Una oración
Pedir a Dios su opinión acerca de cómo vivo y cómo debería vivir mi vida.
La caducidad de la vida me ha de llevar a vivirla con sabiduría.
Una oración
Pedir a Dios su opinión acerca de cómo vivo y cómo debería vivir mi vida.
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