SALMO 37. A PESAR DE TODO, HAZ EL BIEN

No te enojes por causa de los malvados,
no envidies a los que cometen injusticias,
porque pronto se secarán como hierba
y como cesped verde se marchitarán.
Confía en el Señor y haz el bien.

Este salmo es uno de los varios salmos alfabéticos que hay en el salterio. Es decir, cada uno de los párrafos comienza con una de las letras del alfabeto, sin embargo, esto se ha perdido en la traducción como es natural.

De nuevo el salmo basa su trama en un contraste, los justos y los malvados. El estilo de vida de estos últimos y su aparente impunidad. El estilo de vida de los primeros, su desánimo ante la prosperidad de los malvados y las llamadas a confiar y descansar en Dios. Además del contraste el salmo tiene otro ingrediente, la intervención de Dios. El Señor habla y anima a los justos a no cejar en su empeño de vivir dignamente practicando el bien y confiando en Él. Al mismo tiempo, anuncia el final que espera a los malvados y como serán retribuidos según merecen.

Creo que este salmo es un ánimo para todos aquellos a los que el cansancio en la práctica del bien alcanza. A todos aquellos que ven sus mentes asaltadas por el pensamiento de que no vale la pena esforzarse por tratar de redirigir un mundo que va a la deriva y donde el mal triunfa por doquier y es imparable. A todos aquellos que hemos olvidado que Dios no es ajena a la tragedia humana y sigue trabajando para hacer que el mundo sea lo que Él pensó y el pecado impidió. A todos nosotros nos invita a confiar en Él y seguir practicando el bien.

Un principio

Confía en Dios y no dejes de hacer el bien.

Una oración

Intercede por todos aquellos que desfallecen en su práctica del bien.

Comentarios

  1. Algunos se exasperan cuando ven que obrando mal otros se enriquecen y aun son bien conceptuados. Reposar en el Señor confiando en su justicia es lo más sano. He visto casos en la vida en que alguien intentó lanzar sus flechas en contra de una persona justa, y las flechas se volvieron contra él clavadas en su propio corazón.
    Que el Señor de luz a las personas que obran mal para que sepan escoger el camino correcto.

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