POR EL FRUTO SE SABE

Si dais por sano el árbol, dad por sano su fruto; y si dais por malo el árbol, dad por malo su fruto. Por el fruto se sabe cómo es el árbol. ¡Hijos de víbora! ¿Cómo puede ser bueno lo que decís, si vosotros mismos sois malos? Porque la boca habla de lo que rebosa el corazón. Del hombre bueno, como es rico en bondad, brota el bien; pero el hombre malo, como es rico en maldad, brota el mal. Os advierto que, en el día del juicio, cada cual habrá de responder de toda palabra vacía que haya pronunciado. Ten en cuenta que por tus propias palabras serás juzgado y declarado inocente o culpable.

(Mateo 12:33-37)

Tal vez existan pocas cosas que hayan producido más daño al seguimiento de Jesús que una frivolización de la gracia. Los evangélicos hemos pensado que el mero hecho de creer -entendiendo por creer el estar de acuerdo con ciertas proposiciones religiosas- automáticamente estábamos en paz con Dios, aunque nuestra creencia no nos moviera a ningún tipo de acción. Incluso hemos despreciado la acción como algo propio de los católicos que, de alguna manera, tienen la necesidad de ganarse el cielo, algo que a nosotros nos ha sido otorgado gratuitamente.

Sin embargo Jesús es, una vez más, radical y contundente, el fruto, únicamente el fruto demuestra cómo es el árbol. Mi vida, únicamente el estilo de vida que cultivo, vivo y llevo a cabo demuestra la realidad, genuinidad y autenticidad de mi experiencia de seguimiento de Jesús. Lo que cuenta no es únicamente en lo que creo, sino la consistencia con que vivo aquello que creo. Sin duda creer lo correcto es un paso imprescindible y necesario para vivir lo correcto, sin embargo, si ambos no se dan, creo que no es posible hablar de una auténtica experiencia de seguir a Jesús.

Todavía me sorprende más cuando veo gente que sin creer lo correcto vive de forma correcta ¿Cómo catalogo a estos? ¿Qué es mejor, creer lo correcto y no vivirlo o vivir lo correcto sin creerlo? Si los frutos son los que nos indican qué tipo de árbol es, lo anteriormente dicho me planteo un serio reto como cristiano.

Una pregunta

¿Qué validez tiene una creencia que no me mueve a la acción hacia mi prójimo?

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