MÁS SABIO QUE OBAMA


Hoy acabo el primer libro de Reyes con la muerte en combate contra los sirios del rey Acab. Leí hace unos meses una entrevista con el recién, en aquel momento, elegido presidente Obama. Indicaba que no tenía ningún inconveniente de rodearse de personas que se opusieran a sus ideas y que le dijeran las cosas tal y como las pensaban. Su autoestima, afirmaba, era suficientemente saludable para rodearse de hombres mejores que él y poder tener el consejo de gente experta.

Acab decide ir a la guerra contra los sirios e invita al rey de Judá, Josafat, a unirse a él en la aventura militar. Josafat, sabiamente indica que sería bueno consultar antes al Señor. Acab consulta con sus ¡cuatrocientos profetas! que de forma unánime le indican que siga adelante con sus propósitos ya que el Señor está con él.

Algo raro debió ver Josafat porque preguntó si no había ningún otro profeta, a lo que Acab contestó, Si, aún queda alguien a través del cuál podemos consultar al Señor: Miqueas, el hijo de Jinlá. Pero yo lo detesto, porque no me profetiza venturas sino desgracias. (1 Reyes 22:8)

Es muy habitual que escuchemos únicamente a aquellos que nos dicen lo que queremos oír. Pero yo necesito desesperadamente tener la sensibilidad de escuchar a aquellos que me dicen lo que necesito oír, aún más, aquello que me indican lo que debo oír de parte de Dios. Encontrar gente como Miqueas, por molestos que, en ocasiones, puedan resultar, es imprescindible.

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