MIEDO

El miedo es una reacción muy humana y, seamos honestos, muy común. También es algo legítimo sentir miedo y no tener que avergonzarnos de ello. Son muchas las cosas que nos pueden producir este tipo de estado de ánimo, reacción o como sea que deba definirse.
Hay un miedo a lo desconocido, un miedo a aquello que nos supera, un miedo a aquello que creemos que nos puede pasar, aunque nunca llegue a suceder, hay un miedo a personas, a circunstancias, a experiencias. Diría que, en general, el miedo se produce cuando pensamos que algo puede dañarnos y no sentimos que tengamos control.
Me ha sorprendido que con mucha, muchísima frecuencia, el Señor le dice a Josué que no tema, que no tenga miedo. En el capítulo 11 versículo 6 afirma, No les tengas miedo. Esta frase está dicha en relación a una coalición de reyes que se había formado para atacar a Israel. Josué podía tener todas las razones del mundo para tener miedo pues se trataba de una fuerza que le superaba grandemente.
Esto me ha hecho pensar en tantas y tantas ocasiones en que tengo miedo. Me hace pensar que, a veces, es debido a razones objetivas, otras a puramente subjetivas. En ocasiones porque me siento desbordado, otras porque no sé cómo podré salir. Pero el consejo del Señor es no tener miedo y la manera práctica de superarlo es hablar con él, verbalizar nuestros miedos, no negarlos, darnos cuenta que son legítimos y echarlos sobre Él.
Hay un miedo a lo desconocido, un miedo a aquello que nos supera, un miedo a aquello que creemos que nos puede pasar, aunque nunca llegue a suceder, hay un miedo a personas, a circunstancias, a experiencias. Diría que, en general, el miedo se produce cuando pensamos que algo puede dañarnos y no sentimos que tengamos control.
Me ha sorprendido que con mucha, muchísima frecuencia, el Señor le dice a Josué que no tema, que no tenga miedo. En el capítulo 11 versículo 6 afirma, No les tengas miedo. Esta frase está dicha en relación a una coalición de reyes que se había formado para atacar a Israel. Josué podía tener todas las razones del mundo para tener miedo pues se trataba de una fuerza que le superaba grandemente.
Esto me ha hecho pensar en tantas y tantas ocasiones en que tengo miedo. Me hace pensar que, a veces, es debido a razones objetivas, otras a puramente subjetivas. En ocasiones porque me siento desbordado, otras porque no sé cómo podré salir. Pero el consejo del Señor es no tener miedo y la manera práctica de superarlo es hablar con él, verbalizar nuestros miedos, no negarlos, darnos cuenta que son legítimos y echarlos sobre Él.
Comentarios
Publicar un comentario