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SALMO 32/ PERDONADO

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Dichoso aquel a quien se perdona su falta, a quien de su pecado se absuelve. Dichoso aquel aquel al que le Señor no le imputa culpa alguna. (Salmo 32:1-2) Una de las cosas más maravillosas del seguimiento de Jesús es poder experimentar el perdón de los pecados. Vivir con la culpa es duro y desgasta, puede hacer la existencia miserable y difícil de soportar. La culpa nos resta dignidad y nos recuerda una y otra vez que no merecemos tener una relación personal con Dios. La culpa nos enfrenta con nuestra propia realidad como seres caídos y miserables, sin embargo, lo hace desde un perspectiva disfuncional y enfermiza.  La culpa no es mala. Sentirnos culpables es un síntoma de estar sanos moral y espiritualmente. La carencia de culpa es, consecuentemente, un signo de dureza de corazón y, en grado extremo, de psicopatía. La culpa nos muestra que nuestros sensores morales y espirituales están en buenas condiciones, funcionan y tiene la capacidad para identificar situacio...

SALMO 31/ DESTINO

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Mi destino está en tus manos. (Salmo 31:16) Este salmo es una mezcla de angustia y esperanza a partes iguales. El salmista no le esconde al Señor su situación física, social y emocional. El mundo de David parece resquebrajarse a su alrededor sin solución de continuidad, no importa lo que haga no parece haber solución. Pero se produce una inflexión cuando afirma que su destino, su confianza está depositada en el Señor, quien es confiable como una sólida roca. Al leer las palabras que he reproducido reflexionaba sobre el carácter dinámico que tiene la vida. Hay momentos que sentimos que estamos en la cima, el viento soplando con toda fuerza en la popa y todas las circunstancias bajo control; nos sentimos invulnerables, dueños de nuestra vida y que nada ni nadie puede pararnos. Al día siguiente las cosas cambias; la vida da un giro brusco y sentimos que hemos perdido el control y con él toda la sensación de seguridad, estabilidad y autosuficiencia. Creo que las palabras d...

SALMO 30/ DESPREOCUPADO

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Yo pensaba despreocupado: ¡No caeré jamás! Con tu favor, Señor, me sostenías más firme que sólidas montañas, pero escondiste tu rostro y quedé desconcertado. (Salmo 30:7-8) El salmista narra su experiencia. Se sentía inmune, fuerte y seguro; no tenía que preocuparse de nada en absoluto. Estaba seguro que todo ello procedía de él mismo, de sus fuerzas, de su capacidad y sus recursos. Pero el salmo nos indica que de golpe la desgracia llegó a su vida y entonces ganó perspectiva y se dio cuenta que toda su estabilidad y seguridad había provenido del Señor y no su propia capacidad. Hizo falta el dolor y el sufrimiento para darse cuenta de cuán débil y vulnerable era y que detrás de toda su seguridad y prosperidad estaba el Señor. Las palabras de David son una invitación a estar alertas; a no pensar que somos autosuficientes y que somos nosotros los que tenemos el control y destino de nuestras vidas; a no creer que podemos sin Él. Tarde o temprano la real...

SALMO 29/ LA VOZ DEL SEÑOR

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La voz del Señor es poderosa. La voz del Señor es espléndida. (Salmo 29:4) David dedica un poema a la voz del Señor ¡Qué creativo! y habla de la potencia y la esplendidez de la misma y como se siente en toda la naturaleza. Me ha llevado a pensar en la voz de Dios hablando a la vida de los seguidores de Jesús.  La voz que habla a mi conciencia. La voz que habla a mi corazón. La voz que habla a mis emociones. La voz que habla a mi intelecto. La voz que habla en los problemas. La voz que habla en las crisis. La voz que habla en el dolor. La voz que habla en el placer. La voz que habla a través del herman@. La voz que habla a través del Espíritu Santo. La voz que habla a través de la Palabra. La voz que habla a través de las circunstancias. La voz que anima. La voz que confronta. La voz que consuela. La voz que da perspectiva. La voz que reprende. La voz que alerta. La voz que evalúa. La voz que afirma. La voz que da segurid...

SALMO 28/ VERBALIZA

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Señor, a ti te llamo: no me ignores, fortaleza mía (Salmo 28:1) En este salmo percibo tres movimientos. Un comienzo de desesperación ante un problema, realidad o circunstancia que está viviendo el salmista. Una verbalización del mismo ante el Señor que ocupa la parte central del salmo y, un final donde se expresa la confianza renovada en el Señor. El ciclo, que se repite en muchos salmos, podría ir del siguiente modo: desesperación --> verbalización --> renovación de la confianza. He experimentado en numerosas ocasiones ese ciclo en mi propia vida si miro hacia atrás. Pero, incluso a día de hoy siento la presión que David experimentaba; tengo delante mío situaciones que me producen un cierto abatimiento y la sensación de que Dios no está al caso. Estoy hablando de hoy, de ahora mismo. Lo siento como una especie de nube pesada sobre mi cabeza, algo que se concentra entre mis ojos y la parte superior de mi frente, que tiene incluso sus efectos físicos sobr...

SALMO 27/ ESCUCHA LA VOZ

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Espera en el Señor, sé fuerte, ten firmeza; por tu esperanza en el Señor (Salmo 27:14) El salmo 27 está escrito en primera persona, salvo el versículo final del mismo que aquí reproduzco. En la primera parte del poema hay una mezcla de confianza en el Señor que después y poco a poco va dando lugar a toda una serie de problemas, retos y dificultades que David va afrontando; el salmo tiene una gran fuerza dramática y la tensión va en aumento hasta que aparece este versículo en tercera persona donde ante tanta adversidad el salmista recibe una palabra de ánimo, un consejo, una recomendación. Sé que es una licencia interpretativa pero esa voz en tercera persona es, en mi opinión, la voz de nuestro corazón. Los seguidores de Jesús, al igual que David, somos seres humanos y nos vemos sometidos a las mismas situaciones y realidades que aquellos que no conocen al Maestro. Problemas internos y externos forman parte de nuestra realidad cotidiana. En ocasiones nos sentim...

SALMO 26/ PORQUE NO ME FÍO

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Hazme justicia, Señor, pues camino con rectitud. En el Señor confío, jamás dudaré. Señor, examíname, ponme a prueba, sondea mi conciencia y mis pensamientos. (Salmo 26:1-2) No sólo en el comienzo del salmo -aquí reproducido- sino a lo largo de todo él, el salmista afirma y trata de demostrarle a su interlocutor su integridad y su recto caminar. Sin embargo, muy sabiamente también le pide al Señor que le sondee y le ponga a prueba. David puede creerse y sentirse justo desde su propia perspectiva, pero eso no significa que lo sea, precisa, necesita la confirmación por parte del Señor; de esa necesidad nace la petición del segundo de los versículos que he reproducido. La Palabra de Dios afirma que el corazón del ser humano es engañoso; tiene razón. El corazón puede justificar cosas que son injustificables, puede darnos muy buenas razones para aquello que hacemos o dejamos de hacer. El corazón siempre nos dará la coartada que precisemos para hacer pasar por bueno ...