LA MUJER DE LOT/ NOSTALGIA/ GÉNESIS 19
En cuanto a la mujer de Lot, quedó convertida en estatua de sal por haber mirado hacia atrás. (Génesis 19:26)
Sacar a Lot de Sodoma no fue fácil, literalmente el ángel tuvo que arrastrarlo. Toda la familia recibió la advertencia de no pararse y ni siquiera mirar atrás. Ese fue el aviso, nada se habló de consecuencias. Pero el pasaje nos indica que la mujer de Lot desobedeció y miró hacia la ciudad y quedó convertida en una estatua de sal. Es la única mención que en la Escritura se hace a esta persona y lo es para hablarnos de un final trágico que, posteriormente, tendría también consecuencias para el resto de su familia. ¿Qué motivó a la mujer a volver la vista hacia la ciudad? Diferentes razones me vienen a la mente, todas ellas, sin duda, especulativas. ¿Curiosidad por lo que estaba pasando? Podría ser, pero parece raro en alguien que se está jugando la vida ante una catástrofe.
A mí más bien me lleva a pensar en la nostalgia, la tristeza por todo lo que la mujer de Lot perdía en Sodoma. La intención de aquella familia no era huir. Ellos habían optado por vivir allí a pesar de saber el tipo de vida de la ciudad y las implicaciones que tenía. Habían decidido casar a sus hijos con ciudadanos de Sodoma y, por tanto, echar aún raíces más profundas en la vida de la ciudad. Ellos sabían perfectamente lo que hacían. Incluso Lot, cuando el ángel le dice que vayan a las montañas (donde finalmente acabaron) le regatea al mensajero del Señor y le pide poderse quedar en una pequeña ciudad (18-22). Dejaron la ciudad porque nu tuvieron otra opción, otra salida, otro remedio y, por eso, aunque soy consciente de ser totalmente especulativo, creo que la mujer de Lot volvió la vista con nostalgia y tristeza para ver una forma de vivir que acababa para ella. No pudo ver lo que ganaba, sólo lo que perdía.
Cuando leía el pasaje me vino rápidamente a la mente las palabras de Jesús en Lucas 9:62 cuando afirma que "aquel que pone la mano en el arado y vuelve la vista atrás no es apto para el Reino". El paralelismo está claro, es evidente, no podemos vivir el seguimiento de Jesús con nostalgia y tristeza por lo que dejamos atrás. Podemos hacerlo con tensión, con lucha, con ansiedad incluso, pero nunca con tristeza, pensando que lo que dejamos atrás es mejor que lo que Jesús, el Maestro, nos ofrece. En una conversación con sus discípulos, justo después de un duro discurso sobre seguirle a Él y después de que muchos seguidores optaran por abandonarle, Jesús les planteó a ellos si también querían seguir esa opción. Jesús invita pero nunca fuerza. Si la nostalgia, el sentimiento de pérdida, la tristeza es el sentimiento que predomina en nuestro seguimiento del Maestro tal vez sea el momento de plantearnos si vale la pena que sigamos.
¿Qué sentimientos predominan en tu seguimiento de Jesús?
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