TAL VEZ TU ESTILO DE LIDERAZGO NO ES BÍBLICO

 


Ellos le dijeron: si hoy te conviertes en servidor de esta gente, si les atiendes y les respondes con buenas palabras, ellos te servirán de por vida (1 Reyes 12:7)

Consejo dado por los ancianos de Israel al nuevo rey Roboán. Consejo que despreció y que provocó, primero un cisma político y después uno religioso.

Aquí hay un principio espiritual de primer orden; el liderazgo es servicio, lideramos para servir, no para servirnos de las personas en beneficio propio. Las personas no son "mano de obra" para cumplir mis sueños de tener una mejor iglesia, misión u organización. El líder no es el superior, el mejor, el más grande, "el ungido de Jehová" a quien todo el mundo debe respeto, sumisión y ciega obediencia. Liderar es servir y el liderazgo es servicio.

No lo he inventado yo. Es lo que la Palabra del Señor enseña y lo que Jesús, no sólo enseñó con sus palabras, sino que lo demostró con sus hechos como ilustra tan bien el lavado de los pies de los discípulos, incluido el que lo negaría y el que lo traicionaría.

Mucho del liderazgo en el mundo evangélico no responde a patrones bíblicos e ignora olímpicamente las enseñanzas de Jesús. Responde más a patrones culturales y, con demasiada frecuencia, a la construcción de la identidad personal a través del ejercicio del poder. Soy consciente de la complejidad del tema pero, un primer y sencillo acercamiento es preguntarnos con honestidad: ¿sirvo o me sirvo?

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