RECICLAR EL SUFRIMIENTO

 


Antes de haber sufrido pequé, pero ahora respeto tu palabra. Me vino bien haber sufrido para así aprender tus normas. (Salmo 119:67 y 71)

Hay un sufrimiento que es directamente producto de nuestro pecado, de las decisiones que hemos tomado, de las acciones u omisiones que hemos llevado a cabo. Podemos afirmar que, simplemente, estamos cosechando aquello que hemos sembrado. 

Sin embargo, el sufrimiento puede tener un valor pedagógico muy grande. El salmista nos muestra en estos versículos que ha hecho un serio trabajo de reflexión sobre su sufrimiento y ha sacado conclusiones positivas para su vida. A saber, respetar la Palabra del Señor y aprender sus normas.

A menudo, el sufrimiento producto de nuestro pecado es inevitable y no nos queda más remedio que experimentarlo, pero podemos reciclarlo, aprender de este e introducir cambios en nuestras vidas. Está relacionado con lo que afirmaba Pablo que a aquellos que aman a Dios, todas las cosas ayudan para bien. Pero esto sólo será posible si hemos hecho esa reflexión previa que hizo David. 

Comentarios

Entradas populares de este blog

SE PROPICIO A MÍ PECADOR

¿QUÉ ES LO QUE NO VEO?

LECCIONES DE LA PARÁBOLA DEL HIJO PRÓDIGO: LA IDENTIDAD RECOBRADA