BENDECIR (SALMO 129)
Os bendecimos en el nombre del Señor (Salmo 129:8)
Dios te bendiga es una muletilla verbal que, con excesiva frecuencia y frivolidad, usamos los cristianos. Es una frase dicha, en demasiadas ocasiones, sin pensar con un mínimo de profundidad lo que significa y de qué manera nos responsabiliza a nosotros de que el otro sea bendecido. Literalmente, bendecir significar desear lo mejor de parte del Señor para la persona bendecida, que el favor de Dios esté con esta persona.
Santiago, el hermano de Jesús, nos advierte en su carta a las iglesias sobre la banalidad en el uso de bendecir: "Imaginad el caso de un hermano o una hermana que andan mal vestidos y faltos del sustento diario. Si acuden a vosotros y les decís. Dios os ampare, hermanos; que encontréis con qué abrigaros y con qué matar el hambre, pero no les dais nada para remediar su necesidad corporal, ¿de qué servirán vuestras palabras?"
Por eso, cuando pensemos en decir a alguien: "Dios te bendiga", planteemonos, ¿de qué manera Dios quiere usarme para bendecirle? ¿Cómo puedo unirme al trabajo del Señor para bendecir a esta persona? ¿Cómo puedes hacerle bien -bendecir- en sus necesidades físicas, mentales, emocionales o sociales?
¿Quieres bendecir a la gente? Haz el bien con todos aquellos con los que interactúes en tu vida cotidiana ¡Esa es la auténtica bendición!
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