LA FE EN LOS TIEMPOS DEL CORONAVIRUS: A PESAR DE
Gozaos en el Señor siempre: otra vez digo: Que os gocéis. (Filipenses 4:4)
El apóstol Pablo escribe estas palabras cuando estaba en prisión y, posiblemente, cercano a su muerte en martirio. Pablo no teoriza acerca de cómo afrontar las situaciones difíciles de la vida; el apóstol habla de lo que está viviendo y experimentando.
Vale la pena hacer una distinción entre la alegría y el gozo. La primera es circunstancial. Puede estar generada por vivir en una realidad en la que todo se acomoda y nos produce un estado de bienestar. Puede producirse por recibir una noticia que nos hace estallar en sentimientos positivos. En definitiva es circunstancial y exógena; cuando desaparecen las causas que la producen puede desaparecer o marchitarse.
Contrariamente, el gozo es un estado interno de plenitud y satisfacción que viene como resultado de nuestra unión con Cristo, la esperanza que esto nos da para afrontar la vida y la presencia del Espíritu Santo en nosotros que es quien, como nos enseña el mismo Pablo en la carta a los Gálatas, produce en nosotros el gozo. Porque todos los frutos del Espíritu mencionados en ese pasaje de los Gálatas, precisamente se ponen de manifiesto cuando la vida se nos vuelve dura y difícil. Es más, afirmaría que cuando realmente se experimentan en toda su intensidad es cuando las cosas van mal.
Ante la muerte, la enfermedad, la perspectiva de que nuestros seres queridos enfermen, las consecuencias económicas que la pandemia traerá, la inestabilidad social que puede generarse, la pérdida de poder económico y un etcétera tan grande como queramos hacerlo; ¿Podemos alegrarnos? ¡En absoluto! no hay ningún motivo para ello. ¿Podemos gozarnos? ¡Sin duda! porque ese estado interior de satisfacción con la vida no viene dado por las circunstancias actuales; viene dado de nuestra unión con Cristo, quien nos perdona el pasado, nos da fuerzas para el presente y, finalmente, nos ofrece la vida eterna. No importa las circunstancias de la vida, a las que no les resto importancia. A pesar de ellas nos gozaremos en el Dios de nuestra salvación.
¿Qué te impide experimentar gozo en tu vida?
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