SALMO 78/ NADIE ESCUCHA



Escucha. (Salmo 78:1)


Una de las competencias básicas que se aprende en los cursos de coaching es la de escuchar. Es muy importante porque lo cierto es que en nuestra sociedad rara vez alguien escucha a alguien; las personas quieren hablar, explicarse, narrar sus historias, contar sus necesidades. Muy pocas veces se produce un diálogo porque lo que buscamos no es una relación bilateral sino simplemente una oreja que nos escuche y nos permita hablar y hablar. Por supuesto hay niveles. Algunas personas son educadas y  te conceden un cierto tiempo para que tú puedas hablar (no excesivo, todo sea dicho de paso), no necesariamente tienen interés en aquello que deseas compartirles pero, al menos, lo pretenden. Otras, simplemente esperan a que uno respire para continuar con su discurso. Mi vida personal y ministerial está llena de cientos de anécdotas en este sentido.

Lo anterior es tan sólo una evidencia de cuán centrados estamos en nosotros mismos y qué poco nos interesan los demás. Lo peor, sin embargo, es que trasladamos este mismo patrón a nuestra relación con Dios -si es que la tenemos-. Es decir, la oración no es un diálogo entre dos personas que se aman, es un monólogo en el que Dios, la oreja cósmica, escucha y escucha y nosotros rara vez paramos atención a aquello que Él quiere decirnos. Pero en la genuina oración hay o debe de haber los dos aspectos hablar con Dios y escuchar su voz.


Obsérvate a lo largo del día ¿Cuánto escuchas a los demás y a Dios?




Comentarios

  1. Esta es otra de las características que quiero implementar en mi vida cotidiana, escuchar activamente a Dios.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

SE PROPICIO A MÍ PECADOR

ESCLEROSIS

CORAZÓN INCRÉDULO