MOISÉS/ OBJECIONES 4: ENVÍA OTRO/ ÉXODO 4

Moisés volvió a replicar: -¡Por favor, Señor, envía a cualquier otro. (Éxodo 4:13)

Moisés va presentando sus objeciones al Señor y, conforme Él las va desmontando, una a una, capa a capa como en las cebollas; sale al final la realidad; por favor envía otra persona, no me compliques la existencia, déjame vivir mi tranquila y apacible vida como pastor. Finalmente el Señor tiene que enojarse con Moisés, tal vez cansado de tantas excusas sin sentido. Tal vez debido a su insensibilidad hacia la situación de su propio pueblo.

Moisés nos devuelve una imagen que puede ser la de cualquiera de nosotros enfrentados con el Dios que nos llama a misión de colaborar con Él en la restauración y reconciliación de todas las cosas. Comenzamos poniendo excusas que nos parecen, desde nuestro punto de vista, razonables y bien construidas ¡inapelables! Y podemos dejarlo ahí; incluso tal vez es mejor dejarlo ahí porque si entramos en una polémica con Dios desmotará uno tras otro nuestros endebles argumentos. Y al final nos quedaremos con la pura y dura realidad de que no hay razón y argumento y que lo único que podemos decirle es que preferimos que sea otro el que haga la misión. Sólo queda la triste realidad que queremos ver nuestra pequeña burguesa vida inalterada, carente de complicaciones y engorros. Que no deseamos involucrarnos en el dolor y el sufrimiento de otros por miedo a que tengamos que sufrir nosotros mismos y se nos desestabilice nuestro precario equilibrio personal, mental, emocional, social y espiritual.

Como podemos ver la reacción humana de rechazo ante el llamado del Señor es antigua y poco original. Hoy en día seguimos repitiendo el mismo modelo de Moisés; primero el egoísmo disfrazado de excusas, finalmente el mismo en estado puro. Moisés es un buen espejo en el que mirarse.

¿Al mirarte en el espejo de Moisés y su reacción ante el llamamiento de Dios? ¿Qué ves?