ABEL/ OFRENDA/ GÉNESIS 4
Al cabo de un tiempo, Caín presentó de los frutos del campo una ofrenda al Señor. También Abel le ofreció las primeras y mejores crías de su rebaño. El Señor miró con agrado a Abel y su ofrenda, pero no miro del mismo modo a Caín y la suya. (Génesis 4:3)
Esta es la primera vez que se registra en la Biblia una ofrenda al Señor. No sabemos cómo se estableció la costumbre y dónde la aprendieron Caín y su hermano Abel. Supongo, sin embargo, que detrás de la misma debía de existir el deseo de honrar a Dios, agradecerle su provisión, reconocer su providencia. Del mismo modo deduzco que los seres humanos estamos diseñados para adorar a algo o alguien y, si no es el Señor el objeto de nuestra adoración, buscaremos cualquier otra cosa.
El texto indica que la ofrenda de Abel fue cualitativamente mejor que la de Caín. El pastor ofreció lo mejor de su rebaño. Caín, contrariamente, simplemente de los frutos del campo. Una ofrenda fue acogida con agrado por el Señor y la otra fue rechazada. Los comentaristas bíblicos que he leído concuerdan en que la razón para el rechazo fue la actitud con la que una y otra fueron presentadas. Lo que el Señor valoró y sopesó fue la intención del corazón que ofrecía la ofrenda, no ésta en sí misma. Consecuentemente, Abel fue aceptado y Caín rechazado.
Esto me ha llevado a pensar en la calidad de lo que ofrezco a Dios. Me ha impacto recientemente entender el concepto "CORAM DEO" que traducido sería EN LA PRESENCIA DE DIOS. Fue acuñado por los reformadores protestantes del siglo XVI y significaba que vivimos de forma constante (24/7) en la presencia del Señor y que toda nuestra vida es una ofrenda a Él. Nuestro trabajo, nuestro descanso, nuestro hacer, nuestro pensar, actuar, omitir, etc. se convierte en una ofrenda permanente al Señor, en un sacrificio vivo. Si esto es así, viene a mi mente si le estoy ofreciendo a mi Dios lo mejor, como hizo Abel o, por el contrario, le estoy ofreciendo los despojos, lo que sobra, y además hecho de cualquier forma, sin cariño, ni cuidado ni atención.
¿Qué tipo de ofrenda es tu vida?
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