1 CORINTIOS/ ÉTICA SEXUAL / 1 CORINTIOS 7:1-7



Ni la esposa es dueña de su propio cuerpo, puesto que pertenece a su esposo, ni el esposo es dueño de su propio cuerpo, puesto que pertenece a su esposa. (1 Corintios 7:4)


Pablo siempre ha despertado dudas acerca de su tratamiento de las mujeres en el contexto de la comunidad de los seguidores de Jesús. Algunos de sus escritos en el Nuevo Testamento son polémicos y la Iglesia está dividida en cómo deben de interpretarse y qué contextos culturales hay que tener en cuenta a la hora de aplicarlos a nuestras realidades, muy diferentes de aquellas del siglo I. 

Sin embargo, en este pasaje Pablo hace una afirmación que en su tiempo debió de ser sorprendente -por lo avanzada que era- y que todavía lo es hoy en día en muchas culturas. El apóstol está afirmando el derecho de la mujer a una sexualidad plena en igualdad de condiciones con su esposo, dando a ambos derecho sobre el cuerpo del otro como instrumento de placer, satisfacción y realización. 

Pablo nos está enseñando que la sexualidad femenina no tiene únicamente como propósito la procreación y que tampoco, en ningún modo, está al servicio de la satisfacción única de los deseos y necesidades sexuales del esposo. Ambos tienen derecho a una sexualidad plena, ambos están comprometidos en la realización sexual del otro, ambos deben reconocer la responsabilidad hacia el otro y evitar la tentación de únicamente usar al otro en beneficio propio.

El apóstol se adelanta a su tiempo pero continúa siendo totalmente contemporáneo su mensaje porque es fácil tanto para casados como para no casados el usar al otro -sea del sexo que sea- en beneficio propio sin tener en cuenta las necesidades o la dignidad del otro.

Comentarios

Entradas populares de este blog

SE PROPICIO A MÍ PECADOR

ESCLEROSIS

CORAZÓN INCRÉDULO