ROMANOS/ EL PENSAMIENTO DE DIOS/ ROMANOS 11



¿Quién conoce el pensamiento del Señor? (Romanos 11:34)


Los capítulos 9 al 11 de Romanos han dado pie a multiples interpretaciones acerca de la salvación del pueblo de Israel, algunas de ellas opuestas y excluyente entre sí. Sucede lo mismo con otros temas polémicos como la predestinación y el libre albedrío, la relación entre la fe y las obras, el gobierno de la iglesia, la actualidad o no de los carismas, el papel de la mujer, las interpretaciones escatológicas -es decir, de los últimos tiempo-, y otras que ahora no vienen a mi mente. La iglesia ha estado dividida a lo largo de los siglos por las mismas, en ocasiones, de forma más pacífica y en otras más violenta. Todos tienen la suficiente base bíblica para sostener la postura que defienden y, a menudo, para descalificar la del adversario.

Todos nos acercamos a la interpretación de la Escritura con unos lentes, unos filtros que vienen dados por la escuela teológica en la que hemos sido formados. Esto es completamente legítimo y forma parte del proceso natural de la vida cristiana. El problema viene cuando pensamos que nuestra visión -con minúscula- es la Visión -con mayúscula-. Es decir, cuando pensamos que nuestra perspectiva, nuestro sistema teológico, nuestro acercamiento a las Escrituras es el único posible y acertado y todos los demás están equivocados.

Dios es demasiado grande para que nuestros sistemas teológicos lo puedan contener. Nuestra tendencia es a reducir al Señor a nuestra limitada -aunque legítima- interpretación teológica y creer que Él es como nosotros lo vemos. Mi punto es que Dios está por encima de nuestros limitados sistemas de interpretación teológica, que es el Señor y nada ni nadie lo puede contener ni limitar.

¿Significa eso que la teología es mala o que no deberíamos tener sistemas teológicos? Para nada afirmo eso. Significa que nuestros sistemas son una creación del ser humano, es nuestra visión de la revelación de Dios y que ambas cosas nos son idénticas, no son lo mismo. Significa que al ser construcciones humanas son limitadas y nunca nos pueden dar una visión completa y total del Señor puesto que Él está por encima de todo eso. Significa, además, que esos sistemas pueden ser perfectamente complementarios y no excluyentes entre sí.

Pero nada de eso es malo o negativo ¡En absoluto! Significa, como dice el apóstol en el versículo citado, que nuestro Dios es mucho mayor de todo lo que nosotros con nuestra finitud podemos pensar, imaginar o creer.


¿Por qué puede ser tan peligroso intentar contener a Dios en tu cajita teológica?

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