HABACUC/ PERPLEJIDAD/ HABACUC 1:5-17
Si tus ojos son demasiado limpios para contemplar el mal y no puedes soportar la opresión ¿Por qué contemplas callado la traición viendo como el impío devora al que es más justo que él? (Habacuc 1:13)
En el pasaje anterior Habacuc le planteaba la pregunta a Dios acerca del porqué permitía toda la maldad y la injusticia del pueblo y, además, parecía insensible a sus oraciones en tal sentido.
En este pasaje el Señor le contesta anunciándole que Babilonia, imperio emergente, será el instrumento que usará para saldar tanta injusticia, opresión y pecado que el pueblo de Judá ha ido desarrollando y acumulando. Como siempre, en forma descriptiva, se explica cómo será la intervención de los caldeos y su carencia de piedad y misericordia.
Esto, sin embargo, plantea una segunda pregunta al profeta que, con total claridad y contundencia se la vuelve a dirigir al Señor. Esta es la pregunta que aparece reflejada en el texto seleccionado para hoy. Habacuc no puede entender que un Dios que es santo y no puede soportar el mal y la opresión utilice como instrumento a un pueblo de semejante maldad como el caldeo. Al fin y al cabo, Judá es malo, pero comparativamente es mucho superior a Caldea ¿Cómo puede Dios actuar de semejante manera?
Nuevamente hay dos claras lecciones para mí en este pasaje. La primera, repetitiva del pasaje anterior, tiene que ver con el privilegio y oportunidad que tenemos de presentarle al Señor todo aquello que vemos incoherente en su forma de actuar y de obrar en el mundo. Todo aquello que, desde nuestra limitada perspectiva, nos parece que no tiene sentido y no podemos llegar a entender. Dios no se ofende ni desprecia ese diálogo con sus hijos y le da la bienvenida.
La segunda, es la necesidad de darnos cuenta que habrá muchas, muchas cosas del modo de proceder de nuestro Dios que no podremos entender y que, únicamente podremos aceptar con fe, entendiendo la limitación de nuestra mente para procesar un Dios que, en ocasiones, en su modo de actuar y proceder nos parece inconsistente, incoherente, injusto e incomprensible y, todo así, no se ofende de que le expresemos nuestros sentimientos de perplejidad y duda al respecto.
¿Qué dudas e incomprensiones deberías de hablar con Dios?
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