JESÚS/ MI PADRE QUE ESTÁ EN EL CIELO OS LO CONCEDERÁ/ MATEO 18:19-20



Mi Padre que está en el cielo os lo concederá (Mateo 18:19)


Me pregunto cuánta frustración ha generado este versículo porque es evidente y claro lo que afirma y, del mismo modo, es evidente y claro que la realidad no concuerda con lo que afirma la Palabra. Todo creyente, sin excepción, ha orado por cosas que no ha recibido ni recibirá nunca. Este pasaje, por tanto, como tantos otros debe ser interpretado y el mejor interprete, como siempre, es el propio Jesús.

Partamos de la base que la oración es un misterio, es decir, una dosis excesiva de realidad que el cerebro humano no puede procesar. Sé que es una comparación y, consecuentemente, limitada y sólo trato de usarla de modo orientativo, pero es cómo los ordenadores o computadores, representan para mí un auténtico misterio (tal y como lo he definido anteriormente) su funcionamiento y a lo máximo que aspiro es a que no se me borre el trabajo antes de guardarlo. Ni sabemos ni sabremos el funcionamiento de la oración, su relación con la voluntad de Dios y el libre albedrío humano y cómo, cuándo y por qué en un momento determinado el Señor decide contestarla y actuar. 

Pero, como afirmaba anteriormente, podemos ir a Jesús en busca de orientación del porqué tantas oraciones hechas no han sido contestadas acorde con la promesa hecha por Jesús en este pasaje. El episodio clave de su vida que nos da la llave para interpretar lo que estamos hablando se encuentra en la pauta de oración que el Maestro lleva a cabo en Getsemaní.

Su oración sigue esta pauta, primero expresa sus deseos que son normales y legítimos (si es posible pase de mí esta copa) después se somete a la voluntad de Dios para su vida y sus circunstancias (pero hágase tu voluntad y no la mía)

Esta pauta sería más adecuada para entender este pasaje en vez de percibir a Dios como una máquina expendedora de bendiciones, es decir, yo pido, Él da. Me hace ver más bien al Dios que siempre contesta aunque su contestación no está relacionada con mi deseo o mi necesidad sino con su propósito eterno del cual no tengo comprensión en la gran mayoría de las ocasiones.

Es muy posible que yo ore en un momento determinado de mi vida por curación y lo que reciba sea paz, presencia y fortaleza. No es lo que buscaba pero es aquello que necesitaba.


¿Qué situaciones de tu vida han de someterse a la pauta de expresar tus deseos y someter tu voluntad? ¿Puedes hacerlo?

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