JESÚS/ ENTENDER LA VERDAD/ MATEO 13:44-52
Jesús les preguntó: ¿Habéis entendido todo esto?. Ellos contestaron: Si. (Mateo 13:52)
Creo que el pecado es algo que tiene mucho más alcance del que nosotros, debido a nuestra cultura religiosa, pensamos. La palabra, el término, se ha gastado de tanto uso y ha perdido su capacidad de impactarnos y darnos una dimensión correcta de su importancia y de los efectos que ha producido sobre nuestra vida.
Uno de ellos, a parte de romper nuestra relación con Dios, es nuestra fractura interna. Es como si nuestro genoma espiritual estuviera enfermo y produjera disfunciones de tipo moral, ético y espiritual. De hecho una de las palabras que la Biblia utiliza para definir al pecado podría traducirse por algo corrompido, retorcido, degradado. Pablo lo ilustra perfectamente cuando describe esa tensión interna que sufrimos y experimentamos, esa capacidad de identificar lo bueno y lo malo y, tristemente, en muchas ocasiones, decantarnos hacia lo malo, hacia lo negativo, hacia lo que ofende a Dios, nos destruye a nosotros o a nuestro prójimo.
Por eso me han chocado tanto las palabras del Maestro al preguntar si entendemos las cosas que aparecen en la Palabra y, si es así, qué es lo que nos impide ponerlas en práctica. Porque la realidad es que a lo largo de los años vamos acumulando conocimiento y entendimiento que, desgraciadamente, no se refleja en aplicación y, consecuentemente, no hay en nuestras vidas transformación.
Porque este último, el factor de la aplicación, es fundamental, imprescindible, insustituible para que se genere la transformación en nuestras vidas.
¿Cómo estás de entendimiento? ¿Cómo estás de aplicación? ¿Explica la falta de aplicación tu falta de transformación?
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