SUFRIR POR OTROS


JUAN 11:45-57

La resurrección de Lázaro acaba con la paciencia de los fariseos que toman la decisión de quitar a Jesús de en medio ejecutándolo. Caifas, el jefe de los sacerdotes aquel año, pronuncia unas palabras proféticas, es preferible que muera un solo hombre por el pueblo a que toda la nación sea destruida.

Juan, el escritor del evangelio, hace un comentario editorial al respecto, En realidad, Caifas, no hizo esta propuesta por su propia cuenta, sino que, por ocupar el cargo de sumo sacerdote aquel año, había sido inspirado por Dios para anunciar que Jesús moriría por toda la nación. Y no solamente por la nación judía, sino para conseguir la unión de todos los hijos de Dios que se hallaban dispersos.

Este comentario editorial señala uno de los principos básicos de la Escritura, el dolor redentivo. El sufrimiento del justo en beneficio del injusto. La entrega voluntaria, activa y premeditada para poder conseguir el alivio de aquellos que sufren, incluso aunque sufran como consecuencia de sus propios actos.

He pensado que la tarea de colaborar con Jesús en el proceso de restaurar el universo a lo que debió ser y el pecado impidió, no puede llevarse a cabo sin un cierto grado de sufrimiento, de renuncia y negación por parte mía. Es un mito que el cristianismo tiene como finalidad hacernos felices y evitarnos el dolor y el sufrimiento. Antes al contrario, el seguimiento de Jesús es, a menudo, una opción voluntaria por el sufrimiento. Eso si, un sufrimiento que tiene un valor redentivo que libera a otros de su propio sufrimiento, dolor, esclavitud y miseria.

Un principio

No hay redención sin dolor.

Comentarios

  1. El sufrimiento en la vida es inevitable. De una forma o de otra nos atañe a todos. A veces no entendemos el porqué, pero Pablo nos recuerda que todo lo que nos sucede es para nuestro bien, y en ello debemos confiar.
    Lo importante es que tenemos a Cristo que tanto sufrió para nuestra redención y él nos dará la fuerza para soportarlo.
    "Venid a mi los que estáis cansados y cargados y yo os haré descansar" Esta promesa de Jesucristo nos dará valor para seguir con ánimo y fe recordando sus palabras: "Todo lo puede en Cristo que me fortalece"

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