BUSCAR A JESÚS
JUAN 6:2327
Un grupo numeroso de personas, que el día anterior habían sido alimentadas de forma milagrosa por Jesús, parten en busca del Maestro con la finalidad de encontrarse con Él. Finalmente, lo encuentran en Tiberiades, una ciudad en las orillas del denominado mar de Galilea. Sin duda, la gente se alegra al encontrarse con Jesús, sin embargo, su respuesta es en mi opinión dura y frontal:
La verdad es que me buscáis no por los milagros que habéis visto, sino porque comisteis pan hasta saciaros. ¡Ójala no os preocupase tanto el alimento transitorio y os esforzaseis por conseguir el duradero, el que da vida eterna! Este es el alimento que os dará el Hijo del hombre, a quien Dios Padre ha acreditado con el sello de su autoridad.
Jesús supo discernir la verdadera intención de aquellas personas. No estaban interesadas en su mensaje, habían sido alimentadas y esperaban volverlo a ser, incluso deseaban proclamar rey al Maestro. Jesús les reprocha que no estuvieran interesados en las cosas que verdaderamente cuentan, las trascedentes, las que dan vida eterna.
Me ha hecho pensar en mis motivaciones cuando me acerco a Jesús. ¿Qué busco? ¿Mi propia satisfacción? ¿Qué me bendiga, proteja, prospere, ayude, guarde y un largo etcétera más? o, por el contrario, me acerco a Él para hacer su voluntad, para alinearme más y más con sus planes y propósitos para mi vida y el mundo.
Me ha hecho pensar en mis motivaciones cuando me acerco a Jesús. ¿Qué busco? ¿Mi propia satisfacción? ¿Qué me bendiga, proteja, prospere, ayude, guarde y un largo etcétera más? o, por el contrario, me acerco a Él para hacer su voluntad, para alinearme más y más con sus planes y propósitos para mi vida y el mundo.
Un principio
¿Por qué y para qué me acerco a Jesús?
¿Por qué y para qué me acerco a Jesús?
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