ENCUENTROS CON JESÚS: LOS SABIOS DE ORIENTE 2

 



Nosotros hemos visto aparecer su estrella en el oriente y venimos a adorarlo... y cayendo de rodillas, lo adoraron. Sacaron luego los tesoros que llevaban consigo y le ofrecieron oro, incienso y mirra. (Mateo 2:2 y 11)


Los sabios de Oriente buscaban a Jesús con una intención muy clara, adorarlo, reconocerlo como Dios, reconocer su autoridad como rey. Su respuesta al verlo así lo demuestra. La traducción bíblica suaviza el original griego (procinesis) que literalmente indica que se postraron en el humilde suelo de la morada de Jesús tan largos como eran. Esta era la actitud típica de la cultura persa ante la realeza y la divinidad y en Jesús convergían ambas figuras. Pero su adoración no fue únicamente gestual o protocolaria; en señal de sumisión y reconocimiento le ofrecieron tres valiosos presentes.

La actitud de los sabios nos plantea a nosotros desafíos importantes. ¿Con qué motivación buscamos a Jesús? Es legítimo acercarnos a Él con nuestras necesidades, problemas y retos personales. Hacerlo en busca de ayuda, consuelo, soluciones. Pero no podemos obviar el hecho que debemos acercarnos a Él para reconocerlo como Señor, como aquel que tiene la autoridad última y definitiva sobre nosotros y nuestro proyecto de vida. No podemos aceptar al Salvador negando al Señor.

¿Qué le ofrecemos a Jesús? Aquellos hombres le hicieron ofrendas de gran valor. Nosotros le debemos ofrendar nuestras vidas. En términos teóricos eso es muy lindo, queda muy bien expresarlo y cantarlo (sobre todo en esas canciones que se repiten una vez y otra en un bucle que parece infinito). Vamos a aterrizarlo. Pablo indica en Colosenses 3:23 que en todo lo que hagamos pongamos el corazón, porque lo hacemos para Dios y no para los hombres. En definitiva que tu vida sea un acto de adoración a Dios y un servicio a un mundo roto.

¿Refleja tu vida el Espíritu de los sabios?

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