SER DISCÍPULOS EN EL SIGLO XXI: LA ENCARNACIÓN, EL MODELO A SEGUIR
Aquel que es la Palabra habitó entre nosotros y fue como uno de nosotros. (Juan 1:14)
Dios, en la persona de Jesús toma la iniciativa de hacerse como uno de nosotros, desciende a nuestra realidad y vive en ella. Durante treinta años trabaja en el negocio familiar en una pequeña aldea rural de Galilea. Muchas lecciones se desprenden para vivir como discípulos en el Siglo XXI.
Nuestro cuerpo es bueno. Al hacerse como uno de nosotros el Señor lo ha dignificado y otorgado valor frente a la idea griega de que era intrínsecamente malo. Jesús lo convierte en la morada donde habitará por medio de su Espíritu Santo.
El trabajo no es un castigo por nuestros pecados, sino una manera de honrar, servir y adorar a Dios y servir a nuestro prójimo. Jesús fue carpintero, hoy sería programador informático, mecánico en el garaje de su padre, vendedor de seguros....
La sociedad, entre ellos, siendo como uno de ellos, es el lugar donde el discípulo, en imitación del Maestro debe estar. Ese es su hábitat natural, es allí donde puede ser sal y luz. Jesús mismo oró al Padre en su oración sacerdotal que no nos quitara de la sociedad sino que nos librara del mal.
Por tanto, adopta una visión encarnacional. Estás en el lugar correcto, en el entorno correcto,, es justamente ahí y no en otro lugar donde debes plantearte cómo Jesús desplegaría su vida si fuera tú, cómo llevaría a cabo su ministerio si fuera tú.
¿Por qué es importante en tu vida como discípulo adoptar una visión encarnacional?
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