DIGNOS DE LÁSTIMA
Si todo cuanto esperamos de Cristo se limita esta vida, somos las personas más dignas de lástima. Pero no, Cristo ha resucitado venciendo la muerte. (1 Corintios 15:19 y 20a)
Es peligroso cuando el árbol nos impide ver el bosque. Cuando nos micro enfocamos y perdemos la perspectiva amplia. Cuando no podemos ver más allá de nuestras narices, es decir, del reto, la realidad, los problemas y las necesidades que estamos afrontando en estos momentos y no vemos la vida en su contexto. Cuando perdemos la perspectiva eterna.
Pablo dice estas duras palabras en el capítulo que dedica en exclusiva a la resurrección de los muertos. El apóstol desea que vivamos con perspectiva eterna, que veamos más allá de la realidad presente; no que ignoremos esta, sino que la pongamos en el contexto de la eternidad, porque cuando lo hacemos podemos vivir con esperanza. Esta vida es importante, pero no es el todo, nosotros estamos hechos y vivimos para la eternidad y, precisamente eso, el vivir con esa perspectiva ilimitada, nos permite aprovechar y sacarle todo el provecho a la vida presente.
Vivir sin perspectiva eterna es vivir, como dicen las Escrituras, como aquellos que carecen de esperanza. Es vivir como ratones encerrados en una jaula, limitados, sin libertad, sin futuro. Y, como afirma Pablo, Cristo no ha resucitado, comamos y bebamos porque mañana acaba todo.
¿Cómo la perspectiva eterna te puede ayuda a afrontar la realidad presente?
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