SEÑOR, ¿POR QUÉ PERMANECES LEJOS? (SALMO 10)

 

Señor, ¿Por qué permaneces lejos y te ocultas en tiempo de angustia? (Salmo 10: 1)

Aprecio y valoro la descarnada honestidad de los salmos. Expresan una fe real, una relación con Dios que pasa por altos y bajos, por grandes certezas y dudas, por afirmaciones sobre el carácter del Señor y, al mismo tiempo, perplejidad ante la realidad del mundo.

El salmista es un gran observador de la vida y no puede, como tampoco yo, entender la injusticia que le rodea. A partir del versículo 2 eleva una queja a Dios describiendo como los injustos, los malvados, los opresores prosperan. Gente que no tiene piedad por su prójimo ni tampoco respeto hacia Dios. Que niegan su existencia o, simplemente la ignoran. Personas que se consideran totalmente impunes en su injusticia. Impunes ante el Señor y ante los hombres. El dolor y el sufrimiento que provocan en otros seres humanos les tiene totalmente sin cuidado. 

La descripción de David podría muy bien ser la de cualquiera de nuestros países. Donde élites económicas y políticas enquistadas en el poder y con instrumentos que les permiten perpetuarse imponen una injusticia personal y/o institucional. Los ricos cada vez lo son más y los pobres cada vez viven en peores condiciones. No es de extrañar que si tenemos un mínimo de sensibilidad y sintonía con el carácter justo de Dios nos planteemos la pregunta hecha por David ¿hasta cuándo? Porque si anhelamos su Reino, si oramos que venga, no podemos dejar de preguntarnos el porqué Dios parece que se haya desentendido de su creación.

¿Cuál es tu oración ante la injusticia?