ECLESIASTES ¿COMPENSA?



¿Que le queda, entonces, al ser humano de todas las fatigas y afanes que lo atarean bajo el sol? Todos sus días son dolorosos, su tarea penosa, y ni de noche descansa, ¡También esto es ilusión!

Los antiguos griegos tenían dos palabras para referirse a vida: "zoe" y "bios". Mientras que bios se refería a la dimensión meramente física de la vida, aquella que compartimos con los animales que también son seres vivos, zoe hacía referencia al sentido trascendente de la existencia, aquel que es propio únicamente de los seres humanos. De tal modo que para un griego clásico una persona podía estar muerta desde el sentido zoe de la vida aunque aún mantuviera sus constantes vitales intactas. 

Creo que la reflexión que hace el autor de Eclesiastés en la última parte del capítulo dos -de la cual sólo he transcrito leo fragmento final- tiene relación con esta doble perspectiva de la vida. El predicador se cuestiona si vale la pena tanto esfuerzo de llevar a cabo día tras día el proyecto vital; si verdaderamente compensa el sacrificio con el retorno que la vida trae. Desde su punto de vista, si la existencia es únicamente bios, no vale la pena. Valga recordar que este escritor está reflexionando acerca de la vida, está haciendo observaciones que la mayoría de nosotros tal vez ni sabemos ni queremos hacer. Esas son sus conclusiones y su desafío es que pensemos si, de alguna manera, resuenan en nosotros.


¿Hasta qué punto estoy experimentando en mi existencia las dos dimensiones de la vida? Es evidente que el bios está presente ¿y el zoe?


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