PARÁBOLAS, ¡SORPRESA!
Portaos como el criado fiel e inteligente a quien su amo pone al frente de la servidumbre para que les tenga la comida dispuesta a su hora. ¡Feliz aquel criado a quien su amo, al llegar, encuentre cumpliendo con su deber! Os aseguro que le confiará el cuidado de toda su hacienda. Pero si otro mal criado piensa en su interior: “Mi señor se retrasa” y comienza a maltratar a sus compañeros y se junta a comer y beber con borrachos, un día, cuando menos lo espere, llegará de improviso su señor. Entonces lo castigará severamente dándole un lugar entre los hipócritas. Allí llorará y le rechinarán los dientes. (Mateo 24:45-51)
Esta parábola, como la anterior, pone énfasis en la necesidad e importancia de una actitud vigilante ante la venida del Señor. Se contraponen dos actitudes muy diferentes, la fidelidad y la negligencia en el servicio. La diferencia entre el primero y el segundo de los criados radica en que éste último pensó que había suficiente tiempo, no existía ningún tipo de urgencia y, consecuentemente, podía relajarse en sus funciones y flaqueó su fidelidad. Pienso que está es una actitud muy humana. Pensar que tenemos suficiente tiempo nos hace bajar la guardia y relajarnos en muchas situaciones de la vida. Postergamos lo inevitable y después viene la angustia y la ansiedad de las fechas límites y las cosas se han de hacer, en muchos casos, deprisa, corriendo y no siempre bien.
El seguimiento de Jesús no es una excepción a la regla antes mencionada. Imaginemos por un momento que supiéramos con certeza que Jesús viene dentro de seis meses. Estoy convencido de que haríamos un esfuerzo frenético por introducir cambios en nuestras vidas. Revisaríamos nuestras prioridades, agendas y relaciones. Someteríamos a escrutinio nuestras actitudes, motivaciones y valores. Evaluaríamos en qué medida estamos siendo responsables con nuestra labor de ser agentes de restauración y constructores del Reino de Dios. El problema es que como no tenemos esa certeza con respecto a la fecha es fácil relajarse en las responsabilidades. Entramos en un proceso de degradación que puede llegar a convertirse en irreversible. Hay una anécdota acerca de cómo puede hervirse una rana. Si lanzas una rana en un recipiente con agua hirviendo el animal, al contacto con el líquido, salta y se libra. El procedimiento es el opuesto. Se sumerge al batracio en una recipiente con agua fría y éste se pone en la lumbre a fuego lento. El agua se va calentando de forma gradual y no produce una reacción de rechazo en la rana. Inevitablemente ésta muere hervida. Cuando tiene conciencia de su situación es demasiado tarde y carece de la capacidad de reacción. La comparación con el seguimiento de Jesús es fácil de establecer.
Esta es la razón por la cual hay tantas advertencias en las Escrituras a la actitud alerta y vigilante. El peligro es real, puede afectar a cualquiera de nosotros. Por eso, el apóstol Pablo afirma que "aquel que se sienta seguro ande con cuidado que no caiga". Se me ocurren dos antídotos contra ese peligro. El primero es vivir cada día como si éste fuera el día del regreso del Señor. Cuando uno es consciente que toda la vida sucede en la presencia de Dios y uno está siendo fiel en la tarea de la restauración y construcción del Reino, uno vive en paz y seguridad. Jesús puede regresar, me encontrará al pie del cañón en servicio activo. Un servicio, no olvidemos, que se lleva siempre a cabo en nuestra cotidianidad, nuestros hogares, nuestros trabajos, nuestras relaciones, etc. El segundo, consiste en introducir en nuestra ritmo de vida periodos de reflexión para analizar el estado de nuestro servicio, evaluarnos a nosotros mismos y ver si estamos teniendo una actitud alerta y vigilante o, por el contrario, nos estamos relajando y entrando en ese proceso lento pero continuo de degradación. El salmo 139 en sus versículos finales nos invita a esa reflexión diaria para asegurarnos que no zozobramos y, si estamos escorando, volver al rumbo adecuado, a la actitud alerta y vigilante.
¿Hasta qué punto la actitud de bajar la guardia y relajarse está afectando tu vida? ¿Qué puedes y debes hacer al respecto?
Comentarios
Publicar un comentario