PARÁBOLAS. EL SEMBRADOR




Aquel día salió Jesús de casa y fue a sentarse a la orilla del lago. Se reunió tanta gente en torno a él que decidió subir a una barca y sentarse en ella, mientras la gente se quedaba en la orilla. Entonces Jesús comenzó a exponerles muchas cosas por medio de parábolas. Les decía:
— Una vez, un sembrador salió a sembrar. Al lanzar la semilla, una parte cayó al borde del camino, y llegaron los pájaros y se la comieron. Otra parte cayó en terreno pedregoso, donde había poca tierra; y como la tierra no era profunda, la semilla brotó muy pronto; pero, apenas salió el sol, se agostó y, al no tener raíz, se secó. Otra parte de la semilla cayó entre cardos, y los cardos crecieron y la ahogaron. Otra parte, en fin, cayó en tierra fértil, y dio fruto: unas espigas dieron grano al ciento; otras al sesenta, y otras, al treinta por uno. Quien pueda entender esto, que lo entienda. (Mateo 13:1-9)

Los estudiosos de la Biblia concuerdan que esta fue la primera parábola que usó Jesús. El Maestro estaba enseñando desde una barca y es muy posible que estuviera en aquellos precisos momentos viendo a un campesino sembrar sus campos y aquello le inspirara sus palabras. Tradicionalmente ha habido un amplio consenso que afirma que la parábola trata acerca de la actitud del corazón que recibe la Palabra de Dios. En este sentido, cada tipo de terreno representaría un arquetipo de ser humano y su posicionamiento frente al Señor y su mensaje. Refuerza esta idea el hecho de que el mismo Jesús interpretara la parábola para sus discípulos y lo hiciera siguiendo esas líneas.
El borde del camino. Los campos de cultivo en Palestina estaban rodeados de caminos que servían para acceder a las diferentes parcelas. Cualquier persona, fuera o no propietaria, tenía derecho a circular por los mismos. Consecuentemente, cualquier semilla que cayera sería pisoteada por los transeúntes. En ese tipo de terreno es imposible que la semilla pueda germinar, Satanás, como afirma Jesús, rápidamente la hace desaparecer.
El terreno pedregoso. Literalmente la idea no es que el campo estuviera lleno de piedras, más bien se trata de terreno rocoso recubierto de una delgada capa de tierra que hace imposible que nada pueda arraigar pues carece de la suficiente profundidad. Jesús indica que al carecer de anclajes, cuando vienen las primeras dificultades propias de la vida la semilla muere.
Los cardos. Las plantas espinosas son increíblemente fuertes y resistentes y donde ellas están, si no son removidas, ahogan todo tipo de buena semilla que desee fructificar. Jesús nos dice que un corazón lleno de otros intereses, prioridades y preocupaciones no es el terreno donde su Palabra dará fruto. Todo lo anterior la ahogará sin remedio.
La tierra fértil. Esta tierra da fruto y multiplicado. Cuando tomamos el texto de la parábola en los diferentes evangelios vemos que nos ayuda a entender mejor las tres características de un corazón dispuesto y fértil para el mensaje. Mateo 13:23 nos señala la primera: "Presta atención". No simplemente lo escucha, se esfuerza por entender el significado y las implicaciones. Marcos 4:20 menciona la segunda característica: "Lo recibe", es decir, lo hace propio, acepta sus directrices. Finalmente en Lucas 8:15 encontramos la tercera característica: "La guardan", que tiene un significado de obediencia y aplicación en la vida; por esa razón produce fruto.

La aplicación para nuestra vida es simple, llana y directa ¿Qué tipo de suelo es nuestro corazón cuando nos acercamos a la Palabra o la recibimos por medio de otros?

Comentarios

  1. Pues siempre vi esta parábola como evangelistica, una invitación a participar en el esfuerzo evangelizador del mundo. Y mirarlo como una invitación a ver mí corazón como una tierra donde pueda crecer más el evangelio es novedad.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

SE PROPICIO A MÍ PECADOR

ESCLEROSIS

CORAZÓN INCRÉDULO