ROMANOS/ PABLO A LOS CRISTIANOS DE ROMA
Quiero empezar dando gracias por todos vosotros a mi Dios, mediante Jesucristo, porque en el mundo entero se habla con admiración de vuestra fe. (Romanos 1:8)
Después del saludo, en los versículos 8 al 15 el apóstol habla acerca de los cristianos de Roma. Es algo habitual en él reconocer alguna de las características positivas de las comunidades a las que escribe sus cartas. En este caso sus palabras no pueden ser más elogiosas, afirma y da gracias a Dios por la fe -confianza- que tienen los seguidores de Jesús que viven en la capital del imperio romano. Según Pablo, la confianza que tienen en Dios es algo notorio entre todas las comunidades de seguidores de Jesús a lo largo y ancho del orbe romano.
Lo cierto es que al leer estas palabras me ha hecho pensar en una doble dimensión, la personal y la comunitaria. En la persona me pregunto a mí mismo ¿Qué piensan otros de mi fe? ¿Pueden afirmar de mí lo mismo que afirmaban de los romanos? ¿Por qué razón soy notorio? Pero cuando pienso en la dimensión comunitaria surgen las mismas preguntas ¿Pueden las personas dar gracias al Señor por la existencia de nuestra comunidad? ¿Qué aporta a un mundo roto y necesitado? ¿Qué aporto yo? Los romanos son un buen espejo en el que mirarse, tanto a nivel personal como comunitario. Lo que el mismo nos devuelva, sea lo que sea, siempre puede estimularnos a la imitación.
Cuando la gente piensa en ti da gracias porque.....
Es muy presuntuoso decir que dicen de uno mismo. La verdad es que no hablan mal. Es bueno encontrar a una persona que te conoce y por casualidad ha conocido a un compañero de trabajo que no ves hace años, alguien de otra ciudad, una persona que paso por la congregación y te viene a decir que la persona le ha hablado bien de ti, que lo que sembramos no se perdió, que quedamos buen sabor de boca.
ResponderEliminarPero para nada esto deja de ser el propósito final, si no es que mi vida no es recordada por ser un imitador de Jesús, un seguidor de su camino.