SALMO 73/ POR POCO RESBALO
Pero mis pasos casi se tuercen, mis pies por poco resbalan, pues envidié a los soberbios al ver la dicha de los malos. (Salmo 73:2-3)
Este salmo es una profunda reflexión sobre las realidades de la vida y, consecuentemente, merece más de una meditación por mi parte. El poema comienza con una honesta confesión por parte del salmista Asaf ¡Envidio el estilo de vida de los malvados, he estado a punto de echarlo todo por la borda y dejar de lado una vida que trate de agradar al Señor!
Asaf simplemente piensa en voz alta acerca de lo que ve a su alrededor y así lo expresan los versículos que siguen a los que aquí he reproducido; son soberbios, las cosas les van bien, no tienen las angustias típicas del resto de los seres humanos, florecen y prosperan y eso los vuelve altivos y orgullosos con respecto al resto de los hombres y también con respecto al Señor, al cual ignoran y del cual se mofan. Además, para colmo de males reciben el aplauso, la admiración y la adulación del resto de los mortales. No es de extrañar que tras observar esa realidad el salmista afirme ¿De qué me vale purificar mi corazón? ¿Qué sentido tiene el tratar de vivir una vida digna y que honre al Señor? Ni trae prosperidad, ni es valorada a los ojos de la sociedad ¿Tiene algún sentido?
Pienso que la reflexión de Asaf es rabiosamente contemporanea; refleja muy bien la realidad de nuestra sociedad en la que los villanos son los populares y los honrados aparecen como ridículos y tontos. La corrupción política, los negocios ilícitos, la justicia que da cobertura y hace legal lo inmoral nos lleva a los seguidores de Jesús a esa misma reflexión y a ese mismo sentido de desánimo y a la tentación que experimentó Asaf, dejar el camino del Señor y seguir la senda social, más fácil, más popular y más transitada.
¿Qué provoca en ti el ver la prosperidad de los injustos?
Este es uno de mis Salmos preferidos. Realmente un tema digno de reflexión profunda. La falta, aparente, de intervención de Dios en esta humanidad es desconcertante para cualquier humano "decente/honrado", ver el aumento de la violencia social de unos a otros y que no actúe Dios fulminando, destruyendo o por lo menos incapacitando a los malvados y perversos, que violan y matan, esclavizan y torturan a niños, mujeres, desvalidos, pobres y humildes.
ResponderEliminarSi yo fuera Dios, menos mal que no lo soy, antes de que semejantes atrocidades ocurrieran, destruiría al que intentará hacer daño a los indefensos.
No es fácil descansar en las promesas divinas y dejar que Dios haga su trabajo y ver los resultados en otra esfera, en otra dimensión espiritual. Yo quiero ver ahora que los que destruyen lo hermoso de la creación de Dios sean eliminados de la creación. Pero claro que no es así.
La soberanía del Creador es suficiente para descansar en sus cuidados amorosos y dejar que Él actúe.