SALMO 56/MIEDO



Cuando tengo miedo, en ti confío (Salmo 56:4)


La palabra miedo proviene del término latino "metus", se trata de una alteración del ánimo que produce angustia ante un peligro o un eventual perjuicio, ya sea producto de la imaginación o propio de la realidad. Al leer esta definición me doy cuenta que nuestra situación física, espiritual, emocional o mental puede producir una visión alterada de la realidad y consecuentemente generar miedo. Dicen los expertos que, de alguna manera, nuestro cerebro no distingue, a la hora de generar determinadas emociones, entre la realidad y la ficción; consecuentemente podemos sentir tanto miedo delante de situaciones reales como imaginarias; la respuesta del cerebro es la misma. 

Al margen que el miedo esté producido por una situación real o percibida como tal la cuestión clave es cómo responder ante la misma; cómo debemos actuar cuando nuestro cerebro genera ese estado de angustia, ansiedad e inseguridad. La propuesta del salmista es clara y tajante, confiar en el Señor, descansar en Él. Es, sin duda, más fácil el decirlo que el lograrlo, pero es algo que debemos aprender a incorporar en nuestra vida, algo que de forma intencional debemos desarrollar; una respuesta que hemos de adquirir para saber cómo afrontar los miedos reales o ficticios.

Como me gusta ser práctico propongo una estrategia de varios simples pasos: Primero, reconocer nuestros miedos, darles nombres y apellidos, no tratar de reprimirlos, negarlos o echarlos fuera de nuestra mentes. Segundo, darle al Señor todos esos miedos -reales o ficticios- que ya hemos identificado, que ya hemos nombrado. Tercero, verbalizar que los dejamos en sus manos, que sabemos que Él tiene cuidado de ellos. Cuarto, repetir este proceso tantas veces como sea necesario hasta que el miedo es totalmente abandonado en Dios.


Y tú, ¿Cuando tienes miedo en quién confías?

Comentarios

Entradas populares de este blog

SE PROPICIO A MÍ PECADOR

ESCLEROSIS

CORAZÓN INCRÉDULO