EL SERMÓN DEL MONTE 19/ OJO POR OJO Y DIENTE POR DIENTE/ MATEO 5



Sabéis que se dijo: Ojo por ojo y diente por diente. (Mateo 5:38)


Esta afirmación se conoce como la Ley del Talión. El nombre viene de la palabra griega talis o tale, que significa idéntico o semejante. Es el principio de la justicia retributiva en la que impera el principio de la reciprocidad; el ofensor recibe lo mismo que causó al ofendido. Aunque aparece recogido en la ética del Antiguo Testamento su origen es anterior; concretamente del código de Hammurabi, unos 2500 años antes de Cristo. A pesar de lo primitivo y cruel que pueda parecer supuso un increíble adelante legislativo cuyo propósito fue, precisamente, limitar la crueldad y la violencia. Pero para entender el valor del código es preciso entender la cultura en la que nace.

Contextos tribales que están regidos por el principio de la personalidad corporativa. ¿Qué significa? Que un individuo representa a toda la colectividad y toda la colectividad está vinculada a ese individuo. En la práctica significaba que si alguien de la tribu A mataba a un miembro de la tribu B. Todos los individuos de la tribu del ofensor era culpables y todos los miembros de la tribu de la víctima eran responsables de cobrarse la venganza. Toda la tribu A, sin excepción, eran culpables; todos los miembros de la tribu B, sin excepción eran responsables de ejercer venganza. Como se puede imaginar eso conllevaba "vendettas" interminables que se prolongaban por generaciones. En ese contexto el código o la Ley de Talión supone un notable y considerable avance.

Sólo el responsable de un acto tiene que ser visto como culpable; además la retribución que reciba no puede ser desproporcionada, antes al contrario, debe ser idéntica o semejante al daño causado. Sin duda un adelanto jurídico en toda regla. Además la Ley no otorgaba al individuo el derecho de tomarse la justicia por su mano aunque fuera proporcional al daño recibido. Se trataba de eso, de una legislación que debía ser aplicada por los jueces en el contexto de un proceso legal en el cual se determinaba la culpabilidad o inocencia y, en caso de la primera, la pena que se debía imponer.

Sin embargo, una vez más, Jesús irá mucho más allá. Atacará el fundamento mismo de la Ley, la venganza.


¿Cómo manejas los sentimientos de venganza en tu vida? ¿De quién deseas vengarte? ¿Por qué?

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