JOSÉ/ BRÚJULA MORAL/ GÉNESIS 39



¿Cómo voy a cometer yo tal infamia y pecar contra Dios? (Génesis 39:9)


José dijo no a la mujer de su amo en base a sus criterios morales; comprendió que aquello hubiera significado pecar contra el Señor; hacer algo que a Él le desagradaba y, consecuentemente, eso le previno de hacer lo incorrecto. Aunque como la historia nos cuenta, hacer lo que agrada a Dios le salió caro desde el punto de vista humano. Pero José tenía unos criterios muy claros acerca de lo que era bueno y lo que era malo y ellos se desprendían de su conocimiento personal del Señor. Él relacionaba sus acciones con el carácter de Dios y trataba de ajustar a lo que conocía de su voluntad su patrón de comportamiento. 

José es un buen espejo en el que los seguidores de Jesús podemos mirarnos. Vivir en un mundo postmoderno no es fácil. El relativismo moral de esta época, donde el bien y el mal, lo correcto y lo incorrecto son una cuestión de gusto y opción personal, hace difícil el poderse orientar moralmente y tomar decisiones. No hay un patrón universal que nos sirva de referencia. Lo que es bueno para una persona es percibido como malo por otra. Lo que un grupo cultural aborrece otro lo abraza con pasión. En medio de semejante caos moral ¿Cómo pues debemos vivir? ¿Cómo podemos tomar decisiones sobre lo que es correcto e incorrecto? ¿Dónde encontramos referentes que no orienten?

José marca el camino; el conocimiento de Dios y su carácter representan para el seguidor de Jesús la brújula moral que nos permite tener un norte claro en el contexto del caos moral y ético de la postmodernidad. El Señor nos marca, por medio de su carácter, de cómo es Él, un claro norte sobre el bien y el mal, lo correcto y lo incorrecto. Para nosotros ya no es, ni puede ser, una cuestión de qué nos gusta o qué preferimos; se trata de qué espera y desea el Señor de nosotros en base a su carácter. Eso es tremendamente útil en las difuminadas aguas morales de la postmodernidad. Delante en cualquier duda, de cualquier decisión, de cualquier dilema, podemos ir a Dios y cotejarlo con su carácter que nos señalará cuál es su voluntad. El Señor nos señalará un norte moral; eso no quiere decir que sea necesariamente fácil seguirlo. Dios garantiza orientación no comodidad en nuestra vida ética y moral. En definitiva, es posible encontrar orientación para vivir de una manera que honre al Señor, pero para eso es preciso conocerlo. Sólo cuando lo conocemos, fruto de haber pasado tiempo con Él en comunión, estaremos en condiciones de discernir en base a su carácter cuál es su voluntad para nuestro proyecto vital.


¿Cuál es tu brújula moral?




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