JACOB/ ABUSO/ GÉNESIS 25
-¡Tengo hambre, dame de comer de ese guiso rojo! Jacob respondió: - Sólo si me vendes ahora mismo tus derechos de primogenitura. (Génesis 25:30)
Cuando observaba el comportamiento de Esaú vi la típica persona sometida a sus necesidades e incapaz de postergar la gratificación a corto plazo para conseguir un beneficio a medio término. Vi en él un buen representante del hombre postmoderno. ¿Qué veo cuando observo a Jacob en este episodio? Veo un individuo astuto. He leído en el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española la definición y describe al astuto del siguiente modo: "Agudo, hábil para engañar o evitar el engaño o para lograr artificiosamente cualquier fin".
Jacob es tremendamente inteligente y sabe muy bien como aprovecharse de la vulnerabilidad de su hermano y no tiene escrúpulos e inconvenientesJa en hacerlo. Sabe de la propensión de Esaú a tener que satisfacer sus necesidades de forma instantánea. Es consciente de que cuando una de sus urgencias aparece tiene que ser satisfecha a cualquier precio y que eso le pone en una situación de debilidad de la cual es posible aprovecharse para conseguir los fines propios. Me pregunto incluso si Jacob no había meditado con anterioridad cómo actuar y maniobrar para conseguir su deseo de tener los beneficios del hijo mayor. Su respuesta ante la petición de su hermano no parece ser algo espontáneo que le venga a la cabeza en ese preciso momento. Consciente de que estoy especulando veo que todo parece indicar que su deseo de obtener los derechos de primogenitura era algo que en más de una ocasión había pensado y meditado.
¿Qué puedo aprender al mirarme en el espejo de Jacob? Me hace pensar en el peligro de establecer relaciones abusivas con otras personas. Naturalmente no estoy hablando de ejercer violencia física o psicológica sobre nadie, pero si la facilidad con la que podemos usar o aprovechar la debilidad de otras personas en beneficio propio. Porque abuso es, en definitiva, ver al otro como un medio para obtener un fin, verlo como un instrumento para satisfacer nuestras necesidades, verlo como un objeto y no como una persona. Creo que el abuso sería lo contrario del amor. El amor buscaría el beneficio del otro, cubrir sus carencias, proteger su vulnerabilidad. El abuso busca el beneficio propio, aprovechar sus carencias, explorar su vulnerabilidad. El abuso es destructivo y el amor es restaurador y redentor. Creo que Jacob, con su mal ejemplo, nos alerta del peligro de establecer relaciones disfuncionales con otras personas.
Examina tus relaciones ¿Hay abuso en ellas, estás aprovechándote de la vulnerabilidad de otros?
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