MATEO/ DIOS NO NOS DEBE NADA/ MATEO 20: 1-16
¿no puedo hacer con lo mío lo que quiera? ¿o es que mi generosidad va a provocar tu envidia? (Mateo 20:15)
Seguimos con la parábola de los jornaleros contratados. Una nueva enseñanza que para mí se desprende de la misma es la relacionada con el tema de la gracia. Es por medio de esta que cada seguidor de Jesús ha sido aceptado de retorno a la casa del Padre. Sin embargo, me da la impresión que después de un tiempo en la misma uno va, poco a poco y gradualmente, convirtiéndose en hermano mayor, es decir, más legalista y pronto a olvidar su situación previa. De tal modo que olvidando que fue aceptado por gracia comienza a pensar que tiene derechos adquiridos y a mirar con malos ojos a otros como él que llegan a la casa del Padre más tarde y son aceptados igualmente por medio y debido a la gracia.
Por eso, simplemente por eso, es importante no olvidar que Dios no nos debe absolutamente nada. Que la relación con Él se establece en base a la gracia y no a la obligación. Que del mismo modo que a mí se me mostró gracia de forma única y singular y acorde con mi realidad, del mismo modo Él lo hace con otros seres humanos sin que tenga ni la obligación ni la responsabilidad de darme cuentas de qué hace, cómo lo hace, cuándo lo hace y con quién lo hace.
Estoy convencido de que la tendencia a convertirnos en hermanos mayores como el de la parábola del hijo pródigo es algo inevitable. Creo que es una de las consecuencias del pecado que, como sabemos, nos ha infectado hasta lo más profundo de nuestro ser. Sin embargo, si la tendencia está ahí, presente, no significa que tengamos que sucumbir a la misma. Podemos y debemos recordarnos a nosotros mismos que ha sido única y exclusivamente por gracia que hemos sido aceptados y tener la capacidad, más bien desarrollarla, de alegrarnos de los nuevos llegados a casa.
¿Hay sentimientos de envidia por la gracia que Dios ha mostrado hacia otros? Si así fuera ¿Qué hacer al respecto?
Comentarios
Publicar un comentario