JESÚS/ NO LO SABEMOS/ MATEO 21:23-27
Así que respondieron a Jesús: No lo sabemos (Mateo 21:27)
Este pasaje, que narra la demanda de los jefes de los sacerdotes y los ancianos acerca de la autoridad con la que Jesús hacía las cosas que llevaba a cabo, es bien conocido. El Maestro respondió con otra pregunta que dejó paralizados a sus oponentes. Finalmente, la respuesta que ellos dieron es todo un espejo en el que mirarnos.
Al verse confrontados con la verdad y sus consecuencias respondieron ¡No lo sabemos! Sin duda, ellos lo sabían, pero también conocían lo inconveniente de dar la respuesta correcta. Se tuvieron que enfrentar entre la verdad y la conveniencia y optaron por esta última aunque el precio en términos de integridad fuera elevadísimo.
Nosotros, como ellos, también sabemos. Hay muchas cosas que sabemos con total certeza y seguridad y, sin embargo, pretendemos no saberlas, nos hacemos los ignorantes para no tener que afrontar determinadas realidades en nuestras vidas que nos forzarían a cambios radicales que no estamos dispuestos a asumir para no hacer peligrar nuestro frágil estatus quo.
Pretendemos no saber que Jesús demanda ser nuestro Señor, que nos llama a ser agentes de restauración, que quiere que nos unamos a Él en el esfuerzo de establecer su Reino. Decimos que no sabemos que debemos desterrar determinados estilos de vida, prioridades, actitudes, valores, pensamientos, motivaciones y un largo etcétera. Nos decimos a nosotros mismos que realmente no sabemos, no estamos seguros, no entendemos cuál es la voluntad de Dios y de ese modo podemos continuar viviendo como queramos.
Estoy seguro que, a menudo, cuando leemos los evangelios vemos con desdén a los fariseos, saduceos y doctores de la Ley sin darnos cuenta que, muy a menudo, nosotros somos unos de ellos.
¿Qué es aquello que pretendes no saber?
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