CARTA DE PABLO A LOS CRISTIANOS DE ROMA/ TODA LA HUMANIDAD ES CULPABLE/ ROMANOS 1:14-32

Y como no tienen interés en conocer a Dios, es Dios mismo quien los deja a merced de una mente pervertida que los empuja a hacer lo que no deben. (Romanos 1:28)

Este pasaje, que va desde el versículo 14 al 32 del capítulo uno de Romanos, explica el proceso de degradación del ser humano después de que el mismo decide alejarse de Dios y declararse independiente con respecto a Él.

Este proceso lo he visto repetido una y otra vez en muchos de mis amigos, compañeros y gente de mi, y otras generaciones, que han decidido, por una razón u otra dejar a Dios de lado. Rara vez he visto que este proceso los haya convertido en más humanos, en más sensibles al prójimo y a las necesidades de un mundo roto donde tantas personas sufren de maneras tan variadas. Antes al contrario, he visto el proceso de volverse más egocéntricos, más encerrados en sí mismos y en sus propias necesidades, más ajenos al mundo que los rodea y sus necesidades.

Porque creo que el proceso de alejarnos de Dios nos vuelve más inhumanos, mas insensibles, más como Caín -insensibles a nuestros hermanos-. Por el contrario el proceso de acercarnos a Dios debería ser el contrario, hacer de sus seguidores gente más humana y, consecuentemente, más abiertos y sensibles a una humanidad que sufre.

Creo que de todo esto se deduce que nuestra sensibilidad hacia el prójimo es una buena evidencia de nuestro acercamiento a Jesús y viceversa, porque, como dice el refrán de la lengua castellana, obras son amores y no buenas razones.