DEUTERONOMIO PARTE II/ EL SEGUNDO DISCURSO DE MOISÉS/ CAPÍTULO 7
No les tengas miedo, porque está contigo el Señor tu Dios, Dios grande y terrible. (Deuteronomio 7:21)
El miedo es definido por el diccionario de la Real Academia una perturbación angustiosa del ánimo por un riesgo o daño real o imaginario.
Muchos de nosotros al pensar, bien en el presente o bien en el futuro, sentimos miedo, sentimos esa perturbación, ese recelo o aprensión de que algo malo o indeseable pueda llegar a pasarnos. Todo ello puede deberse a causas reales o imaginarias, a escenarios ciertos o al desenfreno de nuestra mente que tiene la capacidad de proyectarse en el futuro y visualizar situaciones angustiosas. Poco importa si la causa es real y justificada o, por el contrario, es simplemente una imaginación, el miedo es miedo y puede adueñarse de nuestra mente y nuestra vida.
La propuesta de Dios no es reprimir el miedo, no se trata de ignorarlo, no es pretender que no existe y que no debería de estar en nuestras mentes ni angustiar nuestros corazones. Su propuesta es:
Primero, pararnos y hacer inventario de aquello que nos está produciendo miedo.
Segundo, reconocer los sentimientos, llamarlos por su nombre, es miedo es miedo y no hay que negarlo.
Tercero, dárselos al Señor, una y otra vez, tantas como sean necesarias, sabiendo que Él es el Dios grande y terrible que cuida de nosotros y está a nuestro lado.
Cuarto, repetir, como decía antes, el proceso una y otra vez. El problema del miedo no es el hecho de tenerlo, sino el no saber qué hacer con él.
excelente reflexión. bendiciones
ResponderEliminarmi blog www.creeenjesusyserassalvvo.blogspot.com