SANTIAGO ESTUDIO 2. SABIDURIA
SANTIAGO 1: 5-8
5 Si a alguno de ustedes le falta sabiduría, pídasela a Dios, y él se la dará; pues Dios da a todos sin limitación y sin hacer reproche alguno. 6 Pero tiene que pedir con fe, sin dudar nada; porque el que duda es como una ola del mar, que el viento lleva de un lado a otro. 7Quien es así, no crea que va a recibir nada del Señor, 8 porque hoy piensa una cosa y mañana otra, y no es constante en su conducta.
La sabiduría y la inteligencia son dos cosas diferentes. Según el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, la inteligencia es la capacidad en comprender o entender. Por el contrario, en las Escrituras, la sabiduría es la capacidad de ordenar la vida cotidiana de acuerdo a los valores y principios de Dios. Dicho de otro modo, alguien puede ser tremendamente inteligente y carente totalmente de sabiduría. De hecho, en los últimos tiempo se ha hablando con profusión acerca de la inteligencia emocional, es decir, la capacidad de estar en contacto y saber comprender y manejar las emociones propias y las de otros, ya que muchas personas poseen enormes cantidades de inteligencia intelectual y tienen un increíble déficit de la emocional.
Santiago afirma que Dios nos dará sabiduría, es decir, la capacidad de ordenar nuestra vida en función de su voluntad, siempre que se lo pidamos. Afirma, además, que lo hará sin reproche y sin tacañería. Sin embargo, también indica que debemos pedir sin dudar, ya que de hacerlo, nada podemos esperar.
No es de extrañar que, en ocasiones, nos sintamos como olas llevadas a merced por el viento ya que, por un lado, entendemos y creemos lo que Dios nos dice y espera de nosotros y, por otro, nuestra razón y sentido común parece indicarnos que aquello es una total locura. Hemos de decidirnos, seguir la sabiduría de Dios o, por el contrario, la inteligencia humana.
Un principio
La sabiduría es la capacidad de organizar nuestra vida según los principios de Dios.
Una pregunta
¿Alrededor de qué principios se organiza tu vida?
Creo que tiene razón y creo que la duda cuando pedimos sabiduría a Dios es algo que tenemos que enfrentar. Tiene razón porque, a menudo, la manera en que el Señor nos pide orientar y ordenar nuestra vida parece no tener sentido a los ojos de la sociedad y del estilo de vida imperante a nuestro alrededor. En una sociedad egocéntrica, es decir, centrada en nosotros mismos, nuestros problemas, nuestras necesidades, nuestras preocupaciones, vivir pensando en los demás, tal y como nos pide la Palabra de Dios, parece ser una locura y carente de coherencia.
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