SALMO 146. NO CONFÍES EN LOS PODEROSOS

No confíes en los poderosos,
en un hombre incapaz de salvar:
exhala su aliento y vuelve a la tierra,
ese día acaban sus planes.
Dichoso a quien auxilia el Dios de Jacob;
su esperanza es el Señor su Dios,
que hizo el cielo y la tierra,
el mar y cuanto hay en ellos;
que mantiene su fidelidad perpetuamente.


Los salmos reflejan y hablan acerca de los grandes temas de fondo que preocupan a todo ser humano, sea seguidor de Jesús o no. Este poema habla, de forma específica, acerca del tema de la confianza, en qué o quién confía una persona y cuan fiable y digno es el objeto de nuestra confianza.

Porque, sin duda, todo ser humano necesita confiar en algo o alguien. La confianza genera seguridad y esta es una de las grandes obsesiones que las personas tenemos, sentirnos seguros, sentirnos confiados. Por ello, según nuestro mejor entender, buscamos alrededor nuestro aquellas personas, situaciones, instituciones o realidades que nos brinden seguridad y confianza.

Sin embargo, la crisis económica en la que llevamos varios años inmersos nos muestra que volátiles e inestables pueden ser algunas de las fuentes en las que hemos depositado nuestra confianza. Las instituciones financieras han quebrado en muchos países y en otros los estados se han visto obligados a rescatarlas. Mucho países han sufrido el mismo proceso y han tenido que ser socorridos por organismos internacionales. El futuro de nuestros trabajos, nuestras pensiones y nuestro estado del bienestar está en entredicho. Es decir, muchas de las fuentes que en el pasado eran confiables y nos otorgaban seguridad y, consecuentemente, la sensación de control sobre nuestras vidas se han disipado.

La Biblia nos invita a reflexionar sobre este punto a que nos preguntemos en qué o quién está depositada nuestra confianza. Nos anima también a que la depositemos en el Señor y nos ofrece una y otra razón por la cual es fiable y digno de confianza. Ahora bien, no creo que confiar en Dios signifique la ausencia de problema o la solución automática de todos ellos. Eso si, su presencia, fuerza, aliento y paz está garantizada en medio de cualquier circunstancia.


Un principio

En qué o quién está depositada mi confianza.

Comentarios

  1. En Dios, sin lugar a dudas por su poder y fidelidad. Como tu dices Felix, no se puede confiar en políticos ni financieros, en general. El ser humano es egoista, cuanto mas tiene mas quiere y así se arruinan los bolsillos más débiles.
    La justicia no es para este mundo que pasa de largo los principios de Dios.

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  2. Gracias a Dios, por esta reflexión Felix.

    Saludos

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