SALMO 10. OPRESORES Y OPRIMIDOS

Estamos tan acostumbrados a espiritualizar todo lo que aparece en la Biblia que, en ocasiones, nos podemos sentir sorprendidos que la crudeza y el realismo de algunos de sus pasajes. El salmo 10 continua, de alguna manera, el tema de la justicia de Dios ya comenzado en el salmo anterior.

Se divide en dos partes. La primera, que va desde el versículo 1 al 11 describe la actitud altanera de los malvados, de los que abusan de otras personas, de los que oprimen y se aprovechan de su prójimo. Los detalles del salmista son bien crudos y narra lo que los malvados sienten en su corazón:

Levanta insolente la nariz y dice:
No hay Dios. No hay quien me pida cuentas.

Más adelante añade:

El malvado cree que Dios se olvida,
que se tapa la cara y nunca ve nada.

La segunda parte del salmo, desde el versículo 12 expresa el grito de angustia de los oprimidos, un grito que no puede ser dirigido a ningún otro sino a Dios:

¡Levántate, Señor, levanta tu brazo!
¡No olvides a los afligidos!
¿Por qué Dios mío han de burlarse los malos,
pensando que no habrás de pedirles cuentas?
Tú mismo has visto su irritante maldad;
¡la has visto, y les darás su merecido!
A ti se acogen los indefensos;
Tú eres la ayuda de los huérfanos.
¡Rompes el brazo de los malvados!
¡Pídeles cuentas de su maldad,
hasta que no quede nada pendiente!

Para muchas personas en este mundo Dios es su única esperanza. Nada ni nadie hará lo más mínimo por ellos, por tanto, sólo pueden encomendar su causa y su situación al Señor y esperar que el Juez del universo no olvide, no se muestre indiferente. El salmo me plantea la pregunta de cuál ha de ser mi papel delante de tanto dolor, sufrimiento y maldad. Si nosotros, la iglesia, somos el rostro visible de Dios en un mundo afectado por el pecado ¿Puedo mantenerme al margen? ¿Debo vigilar si mi vida contribuye a perpetuar la injusticia, el dolor y la maldad? ¿Tengo el derecho a desentenderme y espiritualizar las cosas? Si Dios es el defensor del pobre, de la viuda y el huérfano, ¿Qué implicaciones tienen para mí?

Un principio

¿Cuál debe ser la respuesta del pueblo de Dios ante el dolor, el sufrimiento, la maldad, el abuso, la opresión y la injusticia?

Comentarios

  1. La Bíblia es muy clara, tanto para lo bueno como para mostrar el pecado incluso de los siervos de Dios. Todo es beneficioso para nuestro conocimiento.
    Cada uno de nosotros debe permanecer vigilante en nuestra manera de obrar. Practicar la justícia sin temor al que diran... ser misericordiosos en todo lo posible, saber escuchar al que es maltratado y ofrecerle consuelo práctico. Es decir, intentar im itar a Cristo en todo, pidiéndole fuerzas a El.

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