FALTA DE LUZ

JUAN 11:1-16

En cambio, el que anda de noche, tropieza porque le falta la luz.

Los versículos que hoy he leído comienzan a narrar la historia de Lázaro, sus hermanas y su resurrección. Jesús recibe la noticia de que su buen amigo Lázaro ha caído enfermo y es llamado por las hermanas del enferno, Marta y María para que se persone en Betania y lo sane. Sin embargo, el Maestro decide quedarse donde está y Lazaro muere antes de que Él pueda llegar.

Finalmente, Jesús se pone en marcha hacia la aldea donde viven sus amigos y en el interín y el viaje se producen una serie de conversaciones entre Jesús y sus discípulos. Es en este contexto donde habla acerca de la luz y la oscuridad y cómo esta última es propicia para el tropiezo, precisamente, por falta de luz.

Naturalmente ha venido a mi mente la idea de que Jesús es la luz del mundo y, tal y como Él mismo afirma, todo aquel que anda con Él no estará en la oscuridad. Necesito, pués, acercarme a la luz por diferentes razones. La primera, es para que pueda, como ya he escrito en anteriores ocasiones, echar luz sobre mis áreas de oscuridad, ayudarme a iluminar mis conductas, mis motivaciones, las intenciones más ocultas de mi corazón.

La segunda, es porque la vida es compleja y llena de decisiones para las que necesito claridad y discernimiento. Hay caminos que, como dice la Escritura, a mí me parecen perfectos y buenos, sin embargo, llevan a la muerte. Andar de noche es, en este contexto, andar lejos de Jesús, apartado de Él, sin dejar que me influencie. Algo que ni quiero ni puedo permitirme.

Un principio

Necesito, una vez más, acercarme a Jesús para no tropezar en el camino de la vida.