PEQUEÑO JUDAS

Mateo 26:17-35
El pasaje que leído esta mañana se centra en dos personajes, Judas y Pedro. De dos maneras diferentes los dos traicionaron a Jesús.
Judas vendió al Maestro por interés. Es difícil saber que movió a aquel hombre que pasó tres años con Jesús a traicionarle. ¿Qué debía pasar por su mente cuando tomó semejante decisión? Lo cierto es que sabía lo que hacía y lo hizo premeditadamente.
Pedro negó conocer a Jesús cuando se vio sometido a presión. Juró y perjuró que si era necesario moriría con el Maestro antes de negarlo. No me cabe la menor duda que así lo pensaba y esta era su intención, sin embargo, en el momento de la presión.... simplemente, no pudo resistirla.
Hay un paralelismo con mi vida. Aveces soy Judas y aveces soy Pedro. Hay ocasiones en que peco premeditadamente. Como el interés movió a Judas, el interés me mueve a pecar. El pecado me ofrece satisfacción, gratificación, lo que sea. Hay ocasiones en que soy Pedro, mi firme propósito es no pecar, no ofender a Dios, no quebrantar sus leyes ni ir en contra de su voluntad, pero en el momento de la presión, sucumbo.
No trato de justificarme, simplemente este pasaje me hace pensar que en todos nosotros hay un Judas y un Pedro mientras luchamos por parecernos a Jesús.
Judas vendió al Maestro por interés. Es difícil saber que movió a aquel hombre que pasó tres años con Jesús a traicionarle. ¿Qué debía pasar por su mente cuando tomó semejante decisión? Lo cierto es que sabía lo que hacía y lo hizo premeditadamente.
Pedro negó conocer a Jesús cuando se vio sometido a presión. Juró y perjuró que si era necesario moriría con el Maestro antes de negarlo. No me cabe la menor duda que así lo pensaba y esta era su intención, sin embargo, en el momento de la presión.... simplemente, no pudo resistirla.
Hay un paralelismo con mi vida. Aveces soy Judas y aveces soy Pedro. Hay ocasiones en que peco premeditadamente. Como el interés movió a Judas, el interés me mueve a pecar. El pecado me ofrece satisfacción, gratificación, lo que sea. Hay ocasiones en que soy Pedro, mi firme propósito es no pecar, no ofender a Dios, no quebrantar sus leyes ni ir en contra de su voluntad, pero en el momento de la presión, sucumbo.
No trato de justificarme, simplemente este pasaje me hace pensar que en todos nosotros hay un Judas y un Pedro mientras luchamos por parecernos a Jesús.
Principio
Reconocer al Judas y al Pedro que hay dentro mío.
Reconocer al Judas y al Pedro que hay dentro mío.
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